Psicopatología de la alimentación:
Introducción:
Los seres humanos sienten una necesidad innata de
alimentarse, que se manifiesta mediante la sensación de hambre. Esta sensación
depende de mensajes y factores físico-químicos del organismo (Sarrais,
2016). El hambre impulsa a satisfacer aquella necesidad mediante la conducta
alimentaria, que admite mucha variación dentro de la normalidad.Se podría decir que el ser humano come preferentemente
por placer y por cultura, más que por salud, por lo que no es de extrañarse que
las conductas sobre la alimentación muestren gran parte de la condición
sociocultural del sujeto y de sus estados emocionales.(Uriarte, 2013). La
ingesta calórica diaria recomendada debe repartirse en cuatro comidas: 25 % de
las calorías en el desayuno, 30 % en la comida, 15-20 % en la merienda y 25-30
% en la cena.
Bases biológicas:
El hipotálamo, una estructura neurológica situada
debajo del tálamo y encima de la glándula hipofisaria, está formado por varios
centros de neuronas que regulan las necesidades biológicas, entre ellas la
alimentación. El centro del hambre se encuentra en el hipotálamo lateral, y los
dos centros de la saciedad (hipotálamo paraventricular y ventromedial) están
situados en la zona ventral del hipotálamo.Las neuronas del hipotálamo que
regulan la alimentación conectan con otras estructuras cerebrales mediante
neurotransmisores específicos: la serotonina, para producir la sensación de
saciedad; y las catecolaminas (noradrenalina y dopamina), para producir la
sensación de hambre.La corteza cerebral ejerce un control sobre los centros
hipotalámicos de la alimentación y hace que la conducta alimentaria humana sea
compleja, porque integra la influencia de varios factores: la situación
energética del organismo, las condiciones climatológicas, la previa experiencia
alimentaria, los objetivos personales de salud física e imagen corporal, las
necesidades afectivas y las costumbres sociales y culturales.
Conductas alimenticias no patológicas:
Antojo, dieta, hiperalimentación,
hipoalimentación, experiencia mística y ayuno prolongado.
Los trastornos que
componen este apartado en la DSM 5 son:
- Pica
- Rumiación
- Trastorno
de restricción/evitación de la alimentación
- Anorexia
nerviosa
- Bulimia
nerviosa
- Trastorno
por atracones
- Otros
trastornos alimentarios o de la ingestión de alimentos especificados
(por ejemplo, anorexia nerviosa atípica y el síndrome del comedor
nocturno) y el trastorno alimentario o de la ingestión de alimentos no
especificado.
Conductas
alimenticias patológicas:
Vegetarianismo o naturismo patológico: Uno
de los elementos más atractivos de nuestra época es cómo se ha ideologizado el
comer, que en otro tiempo tenía más que ver con órdenes enviadas por los dioses
(alimentos tabú). Las restricciones alimenticias de este grupo ideológico
pueden ser extremas, lo que conlleva a desarreglos funcionales de importancia
médica, ya que intentan curar enfermedades que la medicina científica ha
resuelto desde hace mucho tiempo.
Hipervitaminosis: Debido a la
amplia opción para obtener vitaminas sintéticas, además de la propaganda de los
laboratorios, la población general ha creído que para una buena salud se
requiere consumir cantidades adicionales de estas sustancias, que pueden
resultar peligrosas, en ciertas circunstancias.
Anorexia: Es la falta de apetito
resultante debida en la mayoría de los casos a un trastorno gastrointestinal,
lesión del hipotálamo o afectación del sistema de recompensa mesolímbico, o una
condición mental, como la depresión, la catatonia, duelo o la decepción, entre
muchas otras.
Anorexia nerviosa: Esta condición se distingue de la anorexia,
porque en esta última el sujeto rechaza el alimento porque no tiene apetito.
Cuando un sujeto no consume una cantidad suficiente de alimentos sin padecer
anorexia, por lo general están implicados procesos mentales y socioculturales,
y en muchos casos se desconoce la causa, pero entre los más conocidos están las
ideas delirantes o un riesgo real de ser envenenado, intento suicida
Reducción de la ingesta
autoinfligida: Esta condición se distingue de la anorexia, porque
en esta última el sujeto rechaza el alimento porque no tiene apetito. Cuando un
sujeto no consume una cantidad suficiente de alimentos sin padecer anorexia,
por lo general están implicados procesos mentales y socioculturales, y
en muchos casos se desconoce la causa, pero entre los más conocidos están
las ideas delirantes o un riesgo real de ser envenenado, intento suicida.
Bulimia nerviosa: La bulimia nerviosa se caracteriza por
episodios frecuentes y recurrentes de ingesta de cantidades extremadamente
grandes de comida y una sensación de falta de control sobre estos
episodios. Las personas con bulimia realizan acciones como : vómitos
forzados o abuso de laxantes o diuréticos, ayunos y/o exceso de ejercicios o
una combinación de estos comportamientos.
Regurgitación: Es importante hacer la diferencia con la rumiación, ya que en
ella se expulsa el alimento. Por lo general se trata de una alteración que
estudia la gastroenterología.
Rumiación o Mericismo: En este caso, la persona
regurgita una cantidad de alimento, sin náusea o desagrado alguno y lo vuelve a
masticar, lo cual le provoca placer y puede tragarlo o escupirlo, lo cual puede
ocasionar desnutrición.
Pica: Se refiere al hecho de comer cosas no nutritivas —carbón,
plásticos, cabello, tela, gis, tierra, ladrillo, pintura, etc.— que pueden
provocar trastornos, lo cual puede conducir a infestación por la ingestión de
larvas.
Monofagia o monomanía alimenticia: Es un trastorno en el
que se observa que el sujeto ingiere por su propio deseo, con riesgo para su
salud y bienestar físico, un alimento en especial o un número limitado de
alimentos.
A continuación se presenta un vídeo donde se verán representadas algunas
de las conductas alimenticias patológicas:
Conductas alimenticias no patológicas:
DRAMATIZACIÓN
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