PSICOPATOLOGÍA DEL PENSAMIENTO: DELIRIO
Definición
Clasificación de los delirios
Delirios y trastornos mentales
Explicaciones psicológicas acerca de
los delirios
Los factores de germinación y los
factores de mantenimiento
Autores:
- Andrade Del Rosario María Gabriela
- Córdova Aguilar Marcelo Andres
- García Sancán Ginger Grace
- Góngora Mantuano Vianka Katherine
- Guerrero Yagual Jorge Enrique
RESUMEN
En el presente informe se presenta un panorama
extenso sobre el delirio integrando su evolución a lo largo de la historia, las
diferentes definiciones proporcionadas por distintos autores, sus respectivas
clasificaciones desde la estructura formal y desde el contenido, así como las
distintas características que permiten reconocer la presencia de un delirio y a
su vez el delirio como parte de los trastornos mentales.
Dentro del estudio del delirio, en sus inicios
se le daba lugar al concepto que habitualmente se maneja de locura, es decir
aquellos que mostraban signos de delirios se los consideraba locos, pero a medida que se fueron realizando
investigaciones en el tema se ha establecido
que el delirio puede suscitarse como característica de los trastornos mentales
como es el caso de la esquizofrenia, paranoia, trastornos afectivos y su
gravedad dependerá del tipo de trastorno, además se puede originar por la
aparición de enfermedades de origen biológico, por efectos de drogas, alcohol o
como efectos de ciertos agentes farmacológicos.
Es importante señalar las diferentes teorías
psicológicas que abordan el estudio de los delirios como es el enfoque
psicoanalítico, cognitivo, biológico y explicaciones psicológicas.
Por su parte es esencial conocer aquellos factores
que permiten la germinación del delirio como es el caso de disfunciones
cerebrales, experiencias anómalas, sobrecargas cognitivas entre otras y en el
mantenimiento del delirio encontramos sesgos en las atribuciones, sesgos en el
razonamiento, la fijeza de creencias falsas. Al final de este informe se
llevará a cabo la elaboración de un caso escrito y el análisis de una película
en la que se presenciarán características particulares de los diferentes
delirios que se pueden suscitar.
INTRODUCCIÓN
Durante mucho tiempo el término de delirio fue difícil
de explicar debido a que sus características no podían ser definidas de manera
concreta, sin embargo; actualmente la definición más conocida es la de Jaspers
que los define como juicios falsos que el individuo mantiene con gran
convicción y no son influenciables a pesar de tener contenido imposible. El
delirio hace alusión a que ¨se sale¨ de la norma que es establecida por los
grupos sociales
En el presente informe se detallan las
características de los delirios, sus dimensiones y distintos enfoques que han
aportado desde su perspectiva al mejor entendimiento de los delirios, tales
como el enfoque psicodinámico en el cual Freud define al delirio como producto
de impulsos homosexuales reprimidos, el modelo cognitivo que manifiesta que
existen alteraciones en el razonamiento formal, bayesiano y procesos
atributivos; encontramos también las teorías neurobiológicas que considera al
delirio como resultado de acontecimientos neurológicos anormales, finalmente el
enfoque psicológico desde la psicopatología psicológica. Se realizó también la distinción entre
delirios de acuerdo con la estructura formal y con su contenido y la existencia
de los delirios en determinados trastornos como la esquizofrenia que es donde
se lo puede evidenciar mayormente tomando en cuenta que el origen de los
delirios tiene múltiples posibles orígenes y para ello se debe hacer un
análisis cuidadoso del paciente y sus síntomas.
Para el mejor entendimiento de este tema se
presentará y analizará el caso de un joven soltero de 25 años lo cual empieza a
presentar reacciones violentas y comportamientos suicida. Así mismo se presentará
otro caso de la película ¨Take Shelter¨ donde el protagonista, Curtis LaForche,
comienza a tener extraños sueños de carácter apocalíptico, pero mantiene a su esposa
Samantha y a su pequeña hija Hannah al margen; sin embargo, decide dedicarse a
la construcción de un refugio para tormentas en el patio trasero de su hogar.
Definición de Pensamiento
En muchas
situaciones se ha establecido que pensar es lo mismo que pensamiento. Sin
embargo, estos dos términos no son semejante, pero se relacionan entre sí. Como
menciona (Varo, 2008) pensar es el
“proceso mental mediante el que los seres humanos, en contacto con la realidad
material y social, elaboran conceptos, los relacionan entre sí y adquieren
nuevos conocimientos. Y pensamiento es el contenido de ese proceso mental”, es
decir que el pensamiento es el resultado de aquel proceso, lo que se denomina
una construcción mental.
Para
Sarrais (2016), en su libro psicopatología determina que el pensamiento “es la
inteligencia en funcionamiento para pasar de unas ideas a otras y avanzar en el
conocimiento de la realidad, aprender nuevas habilidades y solucionar los
problemas que impiden una buena adaptación ambiental y social”, debido a la
correcta funcionalidad del pensamiento esta permite que el ser humano pueda
desenvolverse correctamente en el mundo. Cabe recalcar que no es una actividad
totalmente pura porque en ella entran otros procesos cognitivos como es las
emociones, la inteligencia, memoria, la imaginación, atención. Sin embargo,
dado que el pensamiento es un proceso complejo en ella también se incluye otras
funciones psíquicas esenciales que ejercen peso en la conducta del individuo
como son la motivación, el interés,
el deseo.
Para Uriarte (2013), el pensamiento es la
actividad mental la cual produce ideas que generalmente son en forma de
palabras usando capacidades como: imaginación, evaluación, planeación, creación
y deseos.
El pensamiento es la operación intelectual de carácter individual que se
produce a partir de procesos de la razón. Son productos o construcciones que
elabora la mente (ideas, conceptos) de algo o alguien.
Definición de delirio
En el siglo XVII el término delirio era igual
que locura por lo tanto estar loco era igual a tener delirios (Belloch, Sandin
y Ramos, 2008). Etimológicamente, la palabra delirio deriva del término latino
delirare, que significa salirse del surco labrado, lo que aplicado al
pensamiento humano sería algo así como «pensar saliéndose del surco normal»
(Merino, Pascual y Belloch, 1991). En sentido lego, tomando la definición que
nos ofrece el Diccionario de J. Casares, delirar en la lengua española
significa «desvariar, tener perturbada la razón». Por lo tanto, con este
significado se establece que delirios es sinónimo de sin razón, de locura.
Una definición proporcionada por el Diccionario
de la Lengua Española (RAE, 1984) define al delirio como “una falsa opinión
fija sobre cosas objetivas” (Vásquez, Valiente y Diez, 1999). Por otro lado, la
APA (American Psychiatric Association, 1988) menciona que “es una creencia
personal errónea que se basa en inferencias incorrectas a partir de la realidad
externa, sostenida con firmeza a pesar de lo que los demás crean y en abierta
oposición a pruebas obvias o evidencias incontrovertibles”.
Por su parte Uriarte (2013), los denomina ideas
delirantes, las cuales son ideas erróneas que no se modifican por medio de la
experiencia, argumentación o demostración lógica. No requiere la confirmación o
la opinión de los demás, domina la vida del sujeto, no es aceptada por la
comunidad y su convencimiento no se puede hacer relativo. Para este autor
aquellas ideas delirantes pueden llegar a aislar a la persona del resto de la
comunidad y ser denominadas como alienadas o locas, a pesar de que en su
conjunto pueden tener ideas asociadas o conclusiones con buen juicio al punto
de ser parcialmente convincentes.
Los delirios son creencias que se mantienen de
manera firme aportando malestar e interferencia en la vida de las personas y
estas ideas son aceptadas sin ponerlas en duda a pesar de ser imposibles o
extravagantes. (Oltmanns,
1988).
Para Sarrais (2016), define a las ideas delirantes como juicios falsos
con certeza inamovible y resistentes a cualquier argumentación lógica en contra
y que surgen en una vivencia psicótica del sujeto.
Este tema ha sido muy controversial a lo largo
de la historia que no se ha llegado a una definición exacta, sin embargo, la
aproximación conceptual más usada es la que establece Jasper en 1975 citado en
(Belloch, Sandin, & Ramos, 2008) “los delirios son juicios falsos, que se caracterizan porque el individuo
los mantiene con gran convicción, que no son influenciables ni por la
experiencia ni por conclusiones irrefutables, y que además su contenido es
imposible”.
Sin embargo, a través de los diferentes
conceptos proporcionado por autores se puede definir al delirio como una alteración en
las capacidades mentales que genera pensamientos confusos y una disminución de
su conciencia sobre el entorno provocando confusión y cambios en el
comportamiento. las causas que origina esta alteración son muy variadas la cual
podría evidenciarse en el sujeto a partir de una enfermedad grave o crónica, cambios en el
equilibrio metabólico (como bajo sodio), medicamentos, infección, cirugía, o
intoxicación o abstinencia por alcohol o drogas (Mayo, 2018).
Características para definir un delirio
Según (Belloch, Sandin, & Ramos, 2008)
establecen en su libro las siguientes características que permiten determinar
un delirio:
- El balance entre las evidencias a favor y en contra de la creencia es tal que otras personas la consideran completamente increíble.
- La creencia no es compartida por otros.
- La creencia se mantiene con una convicción firme. Las manifestaciones o las conductas de la persona no cambian ante la prestación de evidencias contrarias a la creencia.
- La persona está preocupada (emocionalmente involucrada) con la creencia y le resulta difícil evitar pensar o hablar sobre ella.
- La creencia tiene referencias personales, más que convicciones políticas, religiosas o científicas no convencionales.
- La creencia es fuente de malestar subjetivo o interfiere con el funcionamiento social de la persona y con sus ocupaciones.
- La persona no dice que lleva a cabo esfuerzos subjetivos para resistirse a la creencia (en comparación con los pacientes que tienen ideas obsesivas).
Cuantas más
de estas características posea una creencia determinada, mayor será la
probabilidad de que sea delirante. Pero hay que tener en cuenta que ninguna de
ellas es condición suficiente ni necesaria para definir una creencia como
delirante.
Dimensiones del delirio
El problema existente con la definición ha
originado que las evaluaciones del delirio sea necesario primero entender los
síntomas como variables continuas y dimensionales. A partir de los 70 empieza a
efectuarse estudios con el objetivo de explorar la multidimensionalidad de este
síntoma. Como menciona Belloch en su libro se han determinado 5 dimensiones del
delirio las que se muestran sus características a continuación:
La inmodificabilidad, incorregibilidad o fijeza
Esta
característica hace referencia al mantenimiento del delirio a lo largo del
tiempo, a pesar de las evidencias en contra, y es sin duda uno de los aspectos
centrales del concepto de delirio desde que Jaspers la situara en su propia
definición. No obstante, algunas investigaciones mencionan que los delirios no
son invariablemente fijos, que hay grados de «fijeza». Por ejemplo, Sacks,
Carpenter y Strauss (1974) analizaron el curso de la recuperación de los
delirios y hallaron tres fases con pacientes esquizofrénicos y observaron:
●
La primera fase
delirante, en la que el paciente está totalmente implicado en el delirio;
●
la segunda fase de
«doble conciencia», en la que la evaluación de la realidad coexistía con los
delirios; y
● la última fase no delirante.
De manera
que en el tránsito de un estado delirante a uno no delirante el sujeto pasa por
una fase intermedia de doble conciencia, donde es capaz de cuestionar la
validez de sus creencias delirantes, aun sin abandonarlas totalmente.
Años
después, Udden, Gilmore y Frances (1982) también encontraron que los delirios
no siempre se mantienen con tanta fijeza como se había supuesto, y que en
diversas ocasiones la confrontación terapéutica con la realidad puede obtener
resultados positivos. Sin embargo, otras investigaciones han demostrado que
llevarle la contraria resulta inútil o incluso provocativo.
La intensidad o convicción
Esta
dimensión se refiere al nivel de convicción que muestra el sujeto con respecto
a qué cree que una creencia es verdadera. Es aquí donde se defiende las terminologías
más aceptadas en el caso de Jaspers como menciono en su concepto la intensidad
de la convicción es “extraordinaria” y en el caso de Mullen “absoluta”.
La ausencia de apoyos culturales
Esta
dimensión hace énfasis de que si corresponde a un delirio las creencias de este
sujeto no deben ser compartidas por otros miembros de un grupo cultural, como
es el caso de las creencias religiosas o políticas. En muchas ocasiones
existen irracionalidades pero que han sido establecidas por parte del consenso
social de donde es el individuo y es ahí que los psicólogos, no deban entrar en
polémicas sobre cuestiones de ideología al diagnosticar a un paciente. Esto es
un problema a la hora de aplicar este criterio, en muchas veces es difícil
estar al tanto de las creencias de otros grupos alejados de nuestro entorno.
La preocupación
Las
creencias no patológicas, en la mayoría de los casos no nos preocupan. Por
el contrario, cuando se habla de pacientes con delirios, ellos constantemente
están rumiando sus ideas, y emplean buena parte de su tiempo en reafirmarlas y
expresarlas. Esto se debe por el hecho de que las creencias delirantes suelen
implicar diversas áreas de las relaciones y vida del paciente, que suelen ser
cosas o personas que tienen una conexión con el delirante, por ende, los casos
con delirios presentan la noción particular tiene relevancia “para mí”. No
obstante, esta característica se presente en otras ideas, como las obsesivas.
La implausibilidad
Se refiere
a la cualidad extravagante del delirio es decir las características de la
falsedad, especialmente con el grado de credibilidad de la creencia y con el
grado en que el delirio se aparta de la realidad.
Modelos psicológicos
Modelo Psicodinámico
Freud
propuso como origen del delirio; los impulsos homosexuales inconscientes
reprimidos, y que, para su formación, este pasaría por la negación,
contradicción y proyección de dichos impulsos, siendo la proyección el
mecanismo fundamental en la génesis del delirio.
Esta
proyección es concebida como un mecanismo de defensa del yo contra las
pulsiones del ello y no asimiladas por el yo, que va a desplazar angustia,
tendencias y deseos para evitar el displacer y la angustia.
El delirio
surgiría de una combinación de elementos motivacionales inconscientes
(presiones pulsionares del ello intolerables al super yo) y formas de
transformación de estos elementos (mecanismos de defensa) que van a atenuar la
frustración generada por el conflicto entre los distintos componentes
motivacionales.
Modelos Cognitivos
Alteración
de los procesos de razonamiento formal: Von Domarus postuló como
alteración básica la proporcionada por su principio de identidad que consiste
en la asunción por parte del paciente de la identidad de dos sujetos sobre la
base de idénticos predicados. Sin embargo, se ha sugerido que un defecto lógico
formal presente en los delirantes y ausente en la población normal no está en
la base de la formación del delirio.
Alteración
en los procesos de razonamiento Bayesiano (Teorías Probabilísticas): Los
procedimientos bayesianos implican la existencia de una serie de pasos cuya vía
final es la formación de asignaciones de probabilidad. Hemsley y Garety
sugirieron que los delirios resultaban por defectos en la habilidad de sopesar
la evidencia dentro de las líneas bayesianas
Alteración
en los procesos de atribución: Conjunto de hipótesis sobre cómo
percibimos las causas de nuestras conductas o las del resto. El comportamiento
dependerá de la situación específica en la que se produce la conducta y las
características particulares de la persona. Delirios se originan a partir de la
combinación de dificultades motivacionales y del razonamiento.
Bentall
trata de explicar el delirio analizando el papel de los sesgos cognitivos en la
etiología y mantenimiento de las creencias anormales. Este sesgo cognitivo los
llevaría a sopesar la evidencia de forma diferente a los sujetos normales,
explicando la poca disposición de estos sujetos para contemplar la posibilidad
de estar equivocado.
Modelo Biológico
Mecanismo Psicobiológico: De Clerambault propuso que los
delirios crónicos resultaban de acontecimientos neurológicos anormales
(infecciones, lesiones, intoxicaciones. etc.), que producían automatismos
(alucinaciones, pérdidas de memoria, sensaciones cinestésicas, etc.) los cuales
confundían y molestaban al paciente inicialmente, y que eventualmente
demandaban alguna clase de explicación, que tomaba forma de delirios.
Teorías
Neurobiológicas: Durante los últimos años se ha intentado
identificar una base neurológica para el pensamiento delirante, observando que
una amplia variedad de condiciones (drogas, fármacos, tumores, epilepsia, etc.)
puede inducir psicosis, pero fundamentalmente las que afectan el sistema
límbico y en particular dentro del mismo, al lóbulo temporal y al núcleo
caudado. Alteraciones en estas estructuras tienen mayor probabilidad de estar
relacionadas con la formación de delirios.
En esta
línea, Cummings elabora como hipótesis para explicar la formación de delirios
que la disfunción límbica, el locus común, lleva a malas interpretaciones del
ambiente, y éstas se acompañan de una percepción inapropiada de amenaza.
Explicaciones psicológicas acerca de los delirios
A continuación, vamos a resumir las principales
explicaciones psicológicas sobre los delirios, nos centrarnos en las
aportaciones que se están haciendo desde la psicopatología psicológica.
Comenzaremos por los planteamientos más clásicos, para pasar luego a resumir
las aportaciones actuales.
Los planteamientos clásicos
1. Freud y el caso Schreber
Freud fue una de las
figuras pioneras más importantes en psicopatología que mantenía la importancia
de los síntomas específicos como las ideas delirantes, y que además proponía
que la función de estos síntomas podría entender en términos de procesos
psicológicos. Los psicoanalistas han considerado los delirios como creencias
con significado, y esencialmente como expresiones de las fantasías y los deseos
premórbidos del individuo, a los que se daba totalmente rienda suelta una vez
que se manifestaba el trastorno. Así, que el contenido de las ideas delirantes
se refiere casi siempre a algunos aspectos de las preocupaciones del paciente
ha llevado a los teóricos psicoanalíticos a atribuir el delirio un valor
eminentemente simbólico, señalando unos mecanismos similares a los del sueño, y
destacando la importancia de ciertos complejos y de otros factores afectivos.
El mecanismo fundamental es
el de proyección (atribuir a otras personas sentimientos inaceptables para el
propio yo). La teoría de Freud respecto a los delirios se basa en la
autobiografía de Schreber en la que hacía una amplia relación de sus delirios.
De entre ellos Freud consideró dos fundamentales: primero Schreber afirmaba que
estaba en vías de convertirse de hombre en mujer, segundo, se quejaba de haber
sufrido ataques homosexuales. Freud llegó a la conclusión de que Schreber tenía
tendencias homosexuales fuertemente reprimidas. Así, planteaba que los delirios
provienen de los impulsos homosexuales reprimidos que luchan por manifestarse.
Hay muchos estudios que han
intentado probar la teoría freudiana de los delirios, pero los resultados son
débiles y contradictorios. Garety, aunque está de acuerdo con que el contenido
del delirio no sea probablemente accidental, señala que no está claro que
siempre sean expresiones de deseos tempranos, ya que a menudo parecen ser
descripciones de experiencias actuales.
2. La escuela de Heidelberg
Movimiento
australiano fundado a finales del siglo XIX por representantes como Jaspers,
Gruhle, Schneider o Mayer-Gross, entre otros. El postulado se centra en la
distinción entre delirios primarios y secundarios, el trabajo de estos autores
se ocupaba fundamentalmente de estudiar la comprensibilidad e incomprensibilidad
de la génesis de la vivencia delirante. Si resulta incomprensible, su
etiopatogenia ha de estar referida al trastorno fundamental. Por el contrario,
si resulta comprensible, la etiopatogenia vendrá dada por los mecanismos
anormales de personalidad y por factores ligados a la historia biografía del
enfermo. En cualquier caso, y como indican Maher y Ross (1984), esta
distinción, aunque de interés intrínseco, realmente no proporciona una
explicación de la génesis del delirio.
3. La postura de Eugen Bleuler
Propuso que
los delirios podían surgir de dos maneras distintas:
1) a través
de un «debilitamiento» de la facultad de razonamiento lógico, como en el caso
de la esquizofrenia, o
2) por una
exageración del apego emocional a una idea, como en la paranoia.
El aporte
de este autor ha sido sugerente dado que enfatiza el trastorno formal del
pensamiento en la génesis de los delirios, dado que algunos pacientes
psicóticos presentan trastornos del lenguaje y del pensamiento. Pero también es
cierto que hay pacientes con delirios sin este tipo de alteraciones, lo que
hace que este planteamiento sea limitado.
4. El principio de Von Domarus
Planteó que
los delirios surgían como consecuencia de un fracaso en el razonamiento
silogístico (es decir, en el razonamiento deductivo). El fracaso consistía en
asumir la identidad de los sujetos sobre la base de predicados iguales,
ejemplo:
La Virgen
María fue virgen;
yo soy
virgen,
luego soy
la Virgen María.
Sin
embargo, su aportación es muy débil en argumentación por ende esta
consideración de los delirios ha sido desechada.
Los planteamientos actuales
1. El delirio como explicación racional
Según algunos autores, la teoría psicológica actual más importante de la
formación de los delirios es la teoría perceptiva. Y el máximo exponente de
esta postura es Maher, quien señala que una persona delirante presenta
problemas perceptivos primarios, de naturaleza fundamentalmente biológica, que
ocasionan experiencias anómalas. Mantiene que esa experiencia anómala produce
un sentido de perplejidad, lo que lleva a su vez a una búsqueda de explicación,
lo cual es anormal, ya que la experiencia inicial es anormal. La llegada a una
explicación, aunque sea singular, se acompaña de alivio, lo cual sirve para
reforzar la explicación.
La implicación de esta
teoría es que los delirios y las creencias normales tienen la misma finalidad:
comprender el mundo, explicarlo. Maher ofrece tres tipos de evidencias que
apoyan su teoría. Primero, recuerda la gran variedad de condiciones en las que
se presenta el delirio, lo cual apoyaría su planteamiento de que el delirio es
siempre un síntoma o respuesta secundaria, reactiva, a otra alteración. No hay
pues según él razones para defender que los delirios sean alteraciones
primarias del funcionamiento cognitivo que surjan de conflictos motivacionales.
En segundo lugar, no
existen evidencias de deterioro en la capacidad de razonamiento de los
pacientes delirantes. En consecuencia, concluye que no hay evidencia que apoye
la hipótesis de que existe un defecto básico en el razonamiento de los
pacientes delirantes. Y tercero, señala que cuando se estudian las respuestas
que dan personas mentalmente sanas bajo situaciones ambientales anómalas se
encuentra que es bastante fácil provocar creencias irracionales muy parecidas a
las delirantes. Este planteamiento sugiere que todos los delirios son
secundarios.
2. Los delirios como alteraciones del pensamiento formal
Desde otros planteamientos se plantean cuestiones como ¿es la persona
delirante irracional?, ¿cuál es el papel del razonamiento? Para Garety, las
razones que hacen plausible este tipo de hipótesis serían las siguientes.
Primero, no todos los sujetos bajo las mismas condiciones desarrollan
creencias delirantes. Los delirios no parecen surgir necesariamente de
experiencias perceptivas anómalas.
Segundo, mientras que la evidencia clínica sugiere que algunos delirios
son informes de experiencias anormales, como las alucinaciones, también se
sugiere que las experiencias perceptivas anormales no son acontecimientos
sensoriales dados, sino que ellos mismos implican razonamiento.
Y tercero, existiría evidencia a favor de anormalidades o sesgos de
razonamiento en los delirantes.
Más tarde Garety y Freeman
propusieron un modelo explicativo para los delirios de persecución. Este modelo
reconoce la variedad de factores implicados tanto en el desarrollo como en el
mantenimiento de estas creencias. Según estos autores los delirios
persecutorios pueden surgir a partir de diferentes tipos de experiencias, tanto
originadas por sensaciones internas como por acontecimientos externos. Las
personas con delirios persecutorios al intentar dar sentido a estas
experiencias inusuales las interpretan de acuerdo con sus experiencias y
conocimientos previos, su estado emocional, sus recuerdos, su personalidad y su
estilo de toma de decisiones.
Estas ideas persecutorias,
que generalmente están asociadas a procesos de ansiedad, pueden llegar a
intensidades delirantes cuando se acompañan de sesgos en el razonamiento, como
llegar rápidamente a conclusiones teniendo en cuenta poca información, o
fracasos en generar explicaciones alternativas. En resumen, los delirios
persecutorios surgen por la interacción entre experiencias anómalas, procesos
emocionales y sesgos de razonamiento.
3. El delirio desde las teorías atribucionales
La teoría
de la atribución en primer lugar afirma que existe una tendencia general en
todas las personas a realizar explicaciones causales, y que esta tendencia es
todavía mayor cuando los acontecimientos son anómalos, inesperados o
incongruentes con nuestros esquemas. En segundo lugar, nos encontramos con la
hipótesis de Jones y Nisbett (1972) sobre las diferencias entre las
atribuciones que hacemos para explicar nuestras propias acciones (atribuciones
situacionales) y las que hacemos para explicar las de los demás (atribuciones
disposicionales). Normalmente atribuimos las experiencias desagradables a
factores del entorno, o centramos nuestra atribución en la presencia de ciertas
disposiciones internas estables (por ejemplo, rasgos de personalidad) que
suponemos tienen esos «otros». A esto se añade el proceso de inferencia
correspondiente (la gente asume que las acciones corresponden a intenciones y
que las intenciones corresponden a disposiciones) y la relevancia hedónica (la
inferencia correspondiente es mayor cuando la conducta del actor afecta al
bienestar de quien la percibe). quiere decir que, dada una experiencia anómala
o desagradable, el individuo buscará explicaciones a esa experiencia y tenderá
a atribuirla a factores externos al propio sujeto, especialmente a la conducta
de los otros, y esa conducta de los otros tenderá a ser atribuida a
disposiciones internas en los demás, generalmente hostiles hacia el sujeto.
Tiempo después gracias a los trabajos de Kahneman y Tversky, se comenzó a
considerar que los juicios de los seres humanos se rigen por los heurísticos,
enfoques por medio de atajos o caminos fáciles que infringen una o más de las
reglas de la inferencia normativa. Los cuatro heurísticos identificados por
Kahneman, Tversky y cols. Son los siguientes:
1.
Representatividad: Las personas tendemos a asumir que las características de un
agente causal deben parecerse a las características de su resultado; por tanto,
si los efectos son extraños o desagradables, las causas serán extrañas o
desagradables.
2.
Disponibilidad o accesibilidad: Los juicios se ven afectados por la facilidad
con que pueden traer ejemplos a la mente; así, los sucesos sobresalientes a los
que se les ha prestado más atención son tomados como causas de los sucesos
internos problemáticos, y si no hay nada sobresaliente en el campo perceptivo,
se evocan desde la memoria sucesos sobresalientes que puedan estar implicados.
3.
Simulación: El juicio se ve afectado por la facilidad con que se puede
construir un escenario mental plausible: el sujeto imagina causas posibles y
toma la que primero se le ocurre como explicación.
4. Anclaje
y ajuste: Los juicios iniciales sirven como anclas para los juicios finales, y
se da poco ajuste subsiguiente, es decir, se da poco peso a la información
novedosa.
Por
ejemplo, una persona cree que los terroristas son los responsables de los acontecimientos
desagradables del mundo, también pueden serlo de sus acontecimientos personales
desagradables (representatividad), prestará atención a la información
sobresaliente congruente con esta explicación (disponibilidad), imaginará
posibles causas para ello (simulación), y tenderá a aceptarla como válida a
pesar de las evidencias en contra (anclaje). Como se puede ver, el análisis
atribucional se puede trasplantar al análisis de los delirios, como
explicaciones causales del mundo y del sí mismo. Más recientemente, Kaney y
Bentall estudiaron el estilo atribucional de sujetos que presentaban delirios
de persecución, en comparación con pacientes deprimidos. Estos autores
encontraron que los paranoides hacían atribuciones externas, globales y
estables para el fracaso o los eventos negativos. Es decir, que tanto
deprimidos como paranoides atribuyen los sucesos negativos a causas que afectan
a muchos aspectos diferentes de su vida y que difícilmente cambiarán
(globalidad y estabilidad), pero a diferencia de los deprimidos, los paranoides
creen que todas esas causas son externas a ellos mismos. Por lo que se refiere
a las atribuciones para eventos positivos, los paranoides tienden a la
internalidad, o sea, a buscar en ellos mismos el origen o causa del éxito, cosa
que desde luego no hacen los deprimidos, ya que este grupo de pacientes, como
se sabe, atribuye los éxitos a causas externas a ellos mismos. Según Bentall
(1990), este tipo de sesgo atribucional podría explicar en parte la aparición
tanto de los delirios de grandeza como de los de persecución. Según este
modelo, la aparición de una idea delirante puede ser el resultado de anomalías
en uno o más de alguno de los procesos involucrados en la adquisición de
conocimiento, tomando como punto de partida la información ambiental.
4. Teorías sobre el contenido de los delirios
Finalmente,
como ya hemos visto, desde las teorías psicoanalíticas se ha enfatizado la
importancia simbólica del contenido de los delirios. Desde otros
planteamientos, también hay autores que plantean que el contenido de los
delirios se relaciona especialmente con miedos personales, con aspectos de
experiencias anteriores, actuales y también con factores culturales. Sin
embargo, también hay quien afirma que los delirios son probablemente actos de
habla vacíos, cuyo contenido informacional no se refiere ni al mundo ni a uno
mismo, y no son expresión simbólica de nada. Berrios (1991) afirma que, si se
describieran apropiadamente, los delirios se definirían como actos de habla
vacíos que se disfrazan de creencias. A pesar de esta prestigiosa opinión, lo
cierto es que los delirios se han estudiado la mayoría de las veces desde la
óptica del juicio y las creencias. Y desde este prisma, el contenido, aunque no
válido como único criterio para definirlo, tiene una clara importancia como
portador de influencias personales y culturales. En una importante revisión que
ha realizado Westermeyer sobre las relaciones entre el contenido de los
delirios y las influencias culturales, se concluye entre otras cosas que
mientras que la estructura de los delirios varía muy poco en las diferentes
culturas, sin embargo, su contenido parece estar mucho más influido por el
marco cultural en el que vive el sujeto delirante. Por ejemplo, Westermeyer
señala que los cambios culturales drásticos (emigración, inmigración,
invasiones, etc.), incrementan la probabilidad de que aparezcan delirios; e
incluso Newhill (1990) señala la denominación «paranoia cultural sana», como un
mecanismo adaptativo para enfrentarse con una vida plagada de prejuicios y
discriminaciones, y que suele estar presente en los procesos de socialización
de grupos étnicos minoritarios.
Clasificación de los delirios
Los
delirios se han clasificado de dos formas: primero de acuerdo con su estructura
formal y segundo de acuerdo con su contenido
Clasificación de los delirios de acuerdo con su estructura formal
Desde esta
visión se clasifican los delirios de la siguiente manera: Delirios primarios o
verdaderos y delirios secundarios.
Delirios primarios
Son ideas delirantes que se caracterizan por ser
autónomas, originales, inderivables e incomprensibles desde el punto de vista
psicológico. No tienen origen en una experiencia anómala previa. Dentro de los
delirios primarios se han postulados cuatro tipos de delirios.
●
Intuición delirante: Es
indistinguible de cualquier idea que nos asalte repentinamente, que nos «venga
a la cabeza». El contenido de estas ideas delirantes suele ser autorreferencial
y, por lo general, de gran importancia para el paciente (por ejemplo, un
paciente cae en la cuenta de que las siglas de su nombre, Emilio Elosúa Albéniz
de Darco, significan «Eres El Asesino de Dios»).
●
Percepción delirante: La
percepción delirante consiste en la interpretación delirante de un percepto o
una percepción normal (por ejemplo, un paciente al mirar su nombre escrito en
el buzón de su casa se «da cuenta» de que la policía secreta lo ha identificado
como el enemigo público número uno).
●
Atmósfera delirante: Consiste
en la experiencia subjetiva de que el mundo ha cambiado de un modo sutil pero
siniestro, inquietante y difícil o imposible de definir. Se suele acompañar de
un estado de humor delirante, ya que el paciente se siente incómodo,
desasosegado e incluso perplejo.
●
Recuerdo delirante: Consisten
en la reconstrucción delirante de un recuerdo real, o bien en que, de pronto,
el paciente «recuerda» algo que es claramente delirante (por ejemplo, de pronto
«recuerda» que es el hijo de Dios).
Delirios secundarios
Conocido
también como ideas deliroides, estás surgen a partir de otros procesos psíquicos,
como la personalidad o los conflictos subyacentes del paciente (Eguiluz &
Segarra, 2004), los delirios secundarios son los siguientes:
·
Delirio
esquizofrénico
Es exclusivo de la esquizofrenia, el sujeto vive la realidad como si todo le viniera de fuera y todo se dirige y tiene relación con él, es decir todo lo que sucede, lo que vive es la realidad plenamente hacia él, a su vez sus pensamientos, sus emociones, sus deseos no son vividos como productos de su interior, sino impuesto, hechos que le viene de fuera. Por otro lado, se mezclan contenidos reales e irreales, ideas contradictorias que en muchos casos se hace dificultoso la comprensión del contenido del delirio.
Es exclusivo de la esquizofrenia, el sujeto vive la realidad como si todo le viniera de fuera y todo se dirige y tiene relación con él, es decir todo lo que sucede, lo que vive es la realidad plenamente hacia él, a su vez sus pensamientos, sus emociones, sus deseos no son vividos como productos de su interior, sino impuesto, hechos que le viene de fuera. Por otro lado, se mezclan contenidos reales e irreales, ideas contradictorias que en muchos casos se hace dificultoso la comprensión del contenido del delirio.
·
Delirio
exógeno
Aparece en profundas desestructuraciones del nivel de conciencia debido a perturbaciones orgánicas cerebrales o a otras patologías médicas.
Aparece en profundas desestructuraciones del nivel de conciencia debido a perturbaciones orgánicas cerebrales o a otras patologías médicas.
·
Delirio
parafrénico
Es aquel delirio en donde el sujeto mezcla contenido fantástico como el renacimiento de los seres, los mitos de la creación, metamorfosis corporales, también se caracteriza por su riqueza imaginativa en donde los sujetos con este delirio se presentaron como protagonistas o instrumentos de muchos acontecimientos históricos como el de poder, relevancia como la identificación con los profetas o inclusive con el propio Dios. A su vez es de carácter sensoperceptivo porque a partir de voces, revelaciones, visiones el parafrénico elabora su mundo fantástico. Lo particular de este delirio es que estas personas no pierden contacto con su realidad objetiva.
Es aquel delirio en donde el sujeto mezcla contenido fantástico como el renacimiento de los seres, los mitos de la creación, metamorfosis corporales, también se caracteriza por su riqueza imaginativa en donde los sujetos con este delirio se presentaron como protagonistas o instrumentos de muchos acontecimientos históricos como el de poder, relevancia como la identificación con los profetas o inclusive con el propio Dios. A su vez es de carácter sensoperceptivo porque a partir de voces, revelaciones, visiones el parafrénico elabora su mundo fantástico. Lo particular de este delirio es que estas personas no pierden contacto con su realidad objetiva.
·
Reacciones
Deliroides
Cuadros fácilmente
influenciables, peculiar estado de ánimo, a partir del cual resultan
comprensibles la significación y la referencia anormales. Aparece en personalidades normales sujetas a una especial situación vital, en las que el sujeto reacciona de un modo deliroide.
·
Delirio de
los desarrollos paranoides
No surge como algo nuevo sino a partir de fenómenos patológicos presentados anteriormente en el pasado en sujetos con rasgos de personalidad como la desconfianza, rigidez, egocentrismo, tendente a realizar juicios erróneos, uso de mecanismo de defensa como la negación, proyección, timidez, sensibilidad, ansiosas e indecisa (aquel terreno surge pensamientos obsesivos). Estas personas a diferencia de los esquizofrénicos viven el delirio con una carga afectiva muy fuerte es decir que el paranoico se ve motivado a la acción según del contenido de su delirio. como el caso de un delirante que insiste que su cónyuge que le es infiel, la seguiría a escondida, revisaría sus cosas, o cualquier situación sería un punto a su favor para confirmar sus continuas dudas. Las personas se ven como el ombligo del mundo y que todo pasa en relación a su realidad.
No surge como algo nuevo sino a partir de fenómenos patológicos presentados anteriormente en el pasado en sujetos con rasgos de personalidad como la desconfianza, rigidez, egocentrismo, tendente a realizar juicios erróneos, uso de mecanismo de defensa como la negación, proyección, timidez, sensibilidad, ansiosas e indecisa (aquel terreno surge pensamientos obsesivos). Estas personas a diferencia de los esquizofrénicos viven el delirio con una carga afectiva muy fuerte es decir que el paranoico se ve motivado a la acción según del contenido de su delirio. como el caso de un delirante que insiste que su cónyuge que le es infiel, la seguiría a escondida, revisaría sus cosas, o cualquier situación sería un punto a su favor para confirmar sus continuas dudas. Las personas se ven como el ombligo del mundo y que todo pasa en relación a su realidad.
·
Delirio de
los trastornos orgánicos
Es originario del delirium que se refiere a un trastorno psiquiátrico caracterizado por una alteración global de la fisiología cerebral y que desencadena una variada muestra de síntomas psicopatológicos. Se caracteriza por una desorganización y deterioro de los procesos cognitivos, su memoria se ve afectada. Algunas ideas delirantes son pobres que impide la comprensión del delirio y otras por su lado poseen imaginación, recuerdos y fantasías que inclusive se deduce que el paciente está soñando despierto y no puede separar aquellas fantasías del mundo real. Los sujetos a su vez identifican todo aquel que está a su alrededor como personas que le van a hacer daño.
Es originario del delirium que se refiere a un trastorno psiquiátrico caracterizado por una alteración global de la fisiología cerebral y que desencadena una variada muestra de síntomas psicopatológicos. Se caracteriza por una desorganización y deterioro de los procesos cognitivos, su memoria se ve afectada. Algunas ideas delirantes son pobres que impide la comprensión del delirio y otras por su lado poseen imaginación, recuerdos y fantasías que inclusive se deduce que el paciente está soñando despierto y no puede separar aquellas fantasías del mundo real. Los sujetos a su vez identifican todo aquel que está a su alrededor como personas que le van a hacer daño.
·
Delirio de
los trastornos afectivos
Aparece en la manía y depresión, en el caso de la manía el paciente narrará sus convicciones delirantes que dependiendo de la gravedad de su estado aumentará la velocidad del discurso hasta llegar al punto de fuga de ideas, en cambio en la depresión el discurso se enlentecerá, los pensamientos se volverán una y otra vez a la conciencia de forma rumiadora. Además, la magnitud o intensidad del estado afectivo (manía, depresión) determinarán la intensidad y complejidad del delirio. En acotación, dentro de la depresión melancólica, el paciente vive con la mirada continuamente puesta en el pasado que se enfoca en la culpabilidad de hechos cometidos o que ni siquiera cometió, pero se apropia de aquello, esto también hace que considere la presencia de una enfermedad y seguido de los temores de ruina en la que el paciente cree que todo lo económico lo ha perdido, este no se centra ni el presente ni el futuro. Esto explica aquellos pensamientos negativos por solo vivir en el pasado, por el contrario, el maniaco desecha el presente y el pasado y su horizonte siempre está en el futuro. Por la euforia y la irritabilidad que lo caracteriza se considera una persona con grandes facultades, emprendedor de grandes empresas, dotado de grandes bienes, en definitiva, omnipotente, su mirada centrada en el futuro no le permite mirar el pasado.
Aparece en la manía y depresión, en el caso de la manía el paciente narrará sus convicciones delirantes que dependiendo de la gravedad de su estado aumentará la velocidad del discurso hasta llegar al punto de fuga de ideas, en cambio en la depresión el discurso se enlentecerá, los pensamientos se volverán una y otra vez a la conciencia de forma rumiadora. Además, la magnitud o intensidad del estado afectivo (manía, depresión) determinarán la intensidad y complejidad del delirio. En acotación, dentro de la depresión melancólica, el paciente vive con la mirada continuamente puesta en el pasado que se enfoca en la culpabilidad de hechos cometidos o que ni siquiera cometió, pero se apropia de aquello, esto también hace que considere la presencia de una enfermedad y seguido de los temores de ruina en la que el paciente cree que todo lo económico lo ha perdido, este no se centra ni el presente ni el futuro. Esto explica aquellos pensamientos negativos por solo vivir en el pasado, por el contrario, el maniaco desecha el presente y el pasado y su horizonte siempre está en el futuro. Por la euforia y la irritabilidad que lo caracteriza se considera una persona con grandes facultades, emprendedor de grandes empresas, dotado de grandes bienes, en definitiva, omnipotente, su mirada centrada en el futuro no le permite mirar el pasado.
Distinciones del punto de vista en función del contenido
El
contenido de los delirios puede ser bastante variado, y existe una amplia
variedad de este tipo de clasificaciones (Tejedor, 2015), en ellos están:
- Delirio de
ser controlado: Idea delirante
en la que los sentimientos, los impulsos, los pensamientos o los actos son
vividos como si no fuesen propios y estuviesen impuestos por alguna fuerza
externa. Delirios típicos de esta categoría son la alienación del pensamiento
(es el proceso la cual el individuo siente que sus pensamientos son ajenos o
extraños a sí mismo y no tiene control sobre ellos), el robo del pensamiento (
el individuo considera que sus pensamientos le son robados por una fuerza
extraña y al momento de pensar algo, siente como le es arrebatado ese
pensamiento) y la transmisión del pensamiento ( los pensamientos propios tienen
la capacidad de salir de la mente de la persona para llegar a otros).
- Delirios
hipocondriacos: Se caracteriza
porque la persona cree ser un recipiente pasivo de sensaciones corporales que
le son impuestas por un agente externo, llega a interpretar que sufre de males
mortales e incurables, evita ir al médico por temor a que este lo desahucié, y
cuando asiste a algún hospital piensa que lo engañan y le ocultan información
sobre su critico estado de salud.
- Delirio dismorfóbico: La persona está convencida de que alguna parte de su físico es feo o desproporcionada. Suelen pasar horas cavilando acerca del defecto al punto que estos pensamientos dominan sus vidas casi por completo.
- Delirio
corporal: Se refiere al
funcionamiento del propio cuerpo, que ciertas partes han dejado de funcionar o
están sufriendo malformaciones.
- Delirio de
referencia: De repente la
persona está convencida de que algunos acontecimientos o personas de su entorno
tienen un sentido especial negativo referido al él mismo, se basa de los
gestos, miradas o las acciones de la gente en la calle y a su alrededor tiene
un significado concreto hacia él y que siempre será negativo
- Delirio de
celos: La persona cree que el
cónyuge o el amante es infiel. Todo ello basándose en evidencias y
explicaciones delirantes, menciona que la persona con que le está siendo infiel
es más joven y apuesto o que esta un escalón por encima de esta persona.
- Delirio
extravagante: Falsa creencia
cuyo contenido es claramente absurdo y sin base real posible. Ejemplo: un
hombre cree que cuando le extirparon los adenoides en la infancia le colocaron
un dispositivo en la cabeza con cables a través de los cuales puede oír la voz
del gobernador.
- Delirio de
persecutoria: Idea delirante
cuyo tema central es la convicción de que una persona o grupo lo persiguen y
tiene la intención de perjudicar de algún modo. La complejidad dependerá del
paciente y de la enfermedad de la que nace la idea. puede variar desde un
simple temor o presentimiento de que algo malo va a suceder, hasta una idea muy
elaborada y sofisticada.
- Delirio de erotomanía: El sujeto piensa que una persona, normalmente de mayor fama o status está enamorada de él, en este caso es conocido para el sujeto, pero no necesariamente por un contacto personal y todo lo que hace considera que va dirigido hacia este sujeto como muestra del amor.
- Delirio de
grandeza: Se caracteriza por creer
que se tiene algún extraordinario talento no reconocido, haber hecho un gran
descubrimiento o ser una persona muy importante. Suele ser común que esté
relacionado con aspectos religiosos en la que el paciente cree tener una vinculación
con especial con la divinidad.
- Delirio de
culpa: Está convencido de que
tiene la culpa de algún acontecimiento ajeno a él y todo lo que sucede o vive
es parte de aquella culpa es decir un castigo.
- Delirio de
pobreza: Comprende que el sujeto ha
perdido o perderá todas o casi todas sus posesiones materiales.
- Delirio
nihilista: Idea delirante en la que
el paciente cree que partes de su organismo o algunas funciones fisiológicas de
este han desaparecido a medida que avanza pierde la familiaridad y por ende
todo desaparece, es decir niega la existencia de todo el mundo. Ejemplo: el
mundo se ha terminado, nunca más tendré cerebro, no necesito comer porque estoy
hueco.
- Delirio de
Sosías: presenta la
creencia delirante de que alguno o algunos sujetos cercanos, normalmente de su
entorno familiar, han sido sustituidos por impostores. Los pacientes no son capaces de descubrir alguna
diferencia física entre el impostor y la persona a la que sustituyen.
- Delirio de infestación: Asume la idea de que tiene parásitos en la piel durante mucho tiempo y a pesar de las evidencias en contra que se obtengan a través de exámenes médicos o de otras maneras.
Delirios y trastornos mentales
La presencia de delirios es característica de las esquizofrenias,
de los trastornos paranoides y de los trastornos afectivos mayores (depresión y
manía). Pueden aparecer además ideas delirantes en ciertos trastornos de
personalidad (como el paranoide, el esquizotípico y el esquizoide). Pero además
pueden aparecer delirios en una amplia gama de enfermedades de origen
biológico, por efecto del abuso de alcohol y drogas, y como efectos secundarios
de ciertos agentes farmacológicos. Aunque los temas delirantes pueden ser
variados en los diversos trastornos, también nos encontramos con que ciertos
temas son de aparición más frecuente en algunos trastornos que en otros.
(Amparo Belloch, 2008)
Trastornos mentales en los que aparece el delirio como
criterio diagnóstico, según el DSM- IV
●
Delirium, demencia, trastorno amnésico
●
Trastornos relacionados con el uso de sustancias
●
Trastornos
psicóticos debidos a condiciones médicas generales
●
Esquizofrenia
●
Trastorno
esquizoafectivo
●
Trastorno delirante
●
Trastorno psicótico
breve
●
Trastorno psicótico compartido
●
Trastornos del
estado de ánimo
●
Trastorno esquizofreniforme
Condiciones y enfermedades en las que aparecen delirios:
1. Enfermedades de origen neurológico- Epilepsia del lóbulo temporal
- Esclerosis múltiple
- Corea de Huntington
- Demencias preseniles y seniles (Alzheimer y Pick)
- Psicosis arterioescleróticas
- Encefalopatía hipertensiva
- Tumores cerebrales
- Embolia grasa
- Parkinson postencefalítico
- Hematoma subdural
- Hemorragia subaracnoidea
- Ataxia tipo Menzel
- Síndrome de Rousse-Levy
- Distrofi a muscular
- Narcolepsia
- Delirium
2.
Trastornos metabólicos y endocrinológicos
- Uremia
- Pelagra
- Enfermedad de Wilson
- Lupus eritematoso sistematizado
- Porfiria aguda intermitente
- Anemia perniciosa
- Hipopituitarismo
- Síndrome de Cushing
- Trastornos tiroideos
- Hemodiálisis
- Envenenamiento por monóxido de carbono
- Hipoglucemia
- Deficiencia de vitamina B12
- Enfermedad de Addison
3.
Cromosomopatías
- Síndrome de Klinefelter
- Síndrome de Turner
- Trisomía 47 (XXY)
4.
Enfermedades infecciosas
- Sífilis
- Malaria
- Encefalitis letárgica
- Tifus
- Tripanosomiasis
5. Abuso de
alcohol y drogas
6. Agentes
farmacológicos
- Anfetaminas
- Fenilpropanolamina
- Propilhexedrina
- Metildopa e Imipramina (combinadas)
- Pentazocina
- ACTH
- Cortisona
- L-Dopa
- Imipramina
- Metiltestosterona
- Difenilhidantoína
- 7. Trastornos psicopatológicos y psiquiátricos
- Esquizofrenia
- Trastornos delirantes (paranoides)
- Trastornos afectivos mayores
- Trastornos de personalidad
Factores de Germinación y Factores de Mantenimiento
Es muy
probable que los delirios, al igual que en muchas de las psicopatologías, no tengan
un único origen; más bien, pueden ser ocasionados por un cúmulo de factores
co-ocurrentes que van a variar de acuerdo con intensidad e importancia relativa
en los niveles internos del sujeto
Entre los
factores de Germinación tenemos:
●
Disfunciones cerebrales: Lesiones
en el lóbulo frontal y hemisferio derecho producen deterioro en cuanto al
control de uno mismo, falta de conciencia de los errores y la identificación
incorrecta de lo que es verdadero y de lo que es falso, los cuales se
relacionan a los delirios.
●
Personalidad: Existen tipos de personalidades con
predisposición a una formación delirante, Kretschmer definió 3: Agresiva
(delirio paranoide), Sensitiva (delirio de referencia) e Ilusionada
(erotomanía).
●
Mantenimiento de la Autoestima: Posible
motivo de la elevada frecuencia con la que se presentan delirios con contenidos
autorreferenciales. Importante principalmente en ideas expansivas y
erotomaniacas.
●
Afecto: La influencia de las emociones parece
evidente en el papel del enfado, la envidia o la vergüenza como iniciadores de
los delirios de referencia y persecución.
●
Experiencias Inusuales: Podrían ir
desde déficit sensoriales, engaños perceptivos, despersonalización, o cualquier
alteración corporal no diagnosticada.
●
Sobrecarga Cognitiva: Se
relaciona con un avasallamiento de la capacidad de control, crucial para que la
persona pueda jerarquizar sus metas en un orden que le permita sostenerse. La
hipervigilancia, activación excesiva, concentración prolongada, etc, producen
cambios en el funcionamiento cerebral que podrían estar implicados en la
formación de delirios. Por otro lado, hay autores, como Maher (1988), que
hipotetizan que los delirantes son hipervigilantes y están continuamente
escudriñando el ambiente.
●
Variables Interpersonales: Factores
predisponentes a padecer delirios, incompetencia personal, con el consiguiente
aislamiento social que produce, favorecerá la información de estas ideas
extravagantes, debido a la carencia de validación social en estos individuos.
● Variables Situacionales:
Relacionadas principalmente con aislamiento sensorial. Destacan aquí variables
relacionadas con cambios culturales drásticos, los cuales incrementarán la
probabilidad de que aparezcan delirios.
Es un punto
importante de cualquier teoría explicar por qué a pesar de las evidencias en
contra, las creencias delirantes no se modifican, sino se mantienen. Entre los
factores de Mantenimiento tenemos:
●
Inercia para mantener creencias: Parecería
que una vez inscritas en la mente, las creencias no fueran fáciles de borrar
(Brockington, 1991). Un individuo puede sentir la necesidad de mantener sus
ideas previas con el fin de mantener consistencia e integridad, e igualmente
sus ideas pueden persistir para justificar acciones que de otro modo serían
inexcusables. Los delirantes no abandonarían sus delirios por otras
explicaciones más naturales, ya que según sus experiencias se explican mejor
para ellos según la teoría delirante que la natural.
●
La influencia en la conducta y la profecía
autocumplida: En el mantenimiento de los delirios se presentan dos
círculos viciosos. El primero, delirios influyen en la conducta y Segundo,
delirios deterioran el respeto que los demás otorgan al paciente y la
competencia del individuo. Ambos factores reforzarían la necesidad de compensar
la autoestima mediante la interpretación delirante.
●
Sesgos en las atribuciones: Humanos
adoptan estrategias poco óptimas (verificacionistas) que se acompañan de sesgos
confirmatorios a la hora de probar nuestra hipótesis, razones que harían que
los delirios y otras explicaciones irracionales no se corrijan.
●
Sesgos en el razonamiento: Pacientes
delirantes parecen ignorar, o proporcionar un peso inadecuado, a los datos
procedentes de otras experiencias que contradicen la idea delirante.
Caso película: Take Shelter
Curtis LaForche vive en un pequeño
pueblo de Ohio con su mujer, Samantha, y su hija Ana, una pequeña sueca de 6
años. Curtis comienza a padecer fuertes alucinaciones apocalípticas. Unas
alucinaciones que no sabe si son consecuencia de una enfermedad mental o bien
se trata de profecías reales.
Link de película: Opción 6 http://peliculasyestrenosonline.com/ver/take-shelter CONCLUSIONES
- Esta investigación ha permitido ir desarrollando diferentes abordajes acerca de los delirios, con resultados interesantes.
- Podemos destacar que somos herederos de más de dos siglos de trabajo psicopatológico respecto al tema de los delirios, que, sin embargo, siguen siendo temas bastante enigmáticos de tratar.
- Por otro lado, por medio del presente trabajo se ha podido destacar, el hecho de poder reconocer la presencia de un delirio, teniendo en cuenta que este se puede clasificar basándonos en diferentes procesos psicológicos, sabiendo que este es parte de un trastorno mental.
- Aclarar las causas propias del sujeto, es decir, saber cuáles son las inclinaciones o las características que posee el delirio en relación al sujeto.
RECOMENDACIONES
●
Es importante
reconocer la sintomatología de los delirios y su clasificación porque le va a
permitir al profesional saber diferenciar el delirio de otras patologías y
poder hacer un buen diagnóstico y tratamiento.
●
Se debe tener
en cuenta que muchos de los agentes farmacológicos que se les proporciona a los
pacientes para tratar alguna enfermedad puede provocar delirios por lo que es
necesario que se suspenda dicho medicamento y se realice una revaloración del
fármaco, también informar e indicar al paciente que su enfermedad puede
ocasionar delirios para mantener una mejor comunicación durante el tratamiento.
REFERENCIAS
Belloch, A., Sandin, B.,
& Ramos, F. (2008). Manual de
Psicopatologia (Vol. I). McGraw-Hill España. Obtenido de
https://ebookcentral.proquest.com/lib/uguayaquilsp/reader.action?docID=3194776&query=manual+de+psicopatologia
Eguiluz, I.,
& Segarra, R. (2004). Introducción a
la psicopatología. Madrid: ARS MEDICA.
Mayo, C. (Noviembre de
2018). Obtenido de
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/delirium/symptoms-causes/syc-20371386
Sarrais, F. (2016). Psicopatología. EUNSA. Obtenido de
https://ebookcentral.proquest.com/lib/uguayaquilsp/reader.action?docID=5514068&query=psicopatologia
Tejedor, D. (2015). Conocimiento, comprensión y explicación
humana. Obtenido de
https://psicowisdom.wordpress.com/2015/01/15/gran-listado-de-trastornos-del-pensamiento-cuantos-conoces/
Varo, Á. (2008). Pensamiento, Lenguaje y Realidad.
Obtenido de https://www.nodo50.org/filosofem/IMG/pdf/3pensamentc.pdf
Vásquez, C., Valiente, C., & Diez, C.
(1999). La evaluación del delirio: Desde los sistemas categoriales a la
evaluación multidimensional. Valencia: Promolibro. Obtenido de https://webs.ucm.es/info/psisalud/carmelo/PUBLICACIONES_pdf/1999-Evaluacion%20del%20delirio.pdf
Devinsky, O. (2009). Asociación entre los delirios y las lesiones
cerebrales. Obtenido de
https://www.neurologia.com/noticia/1332/noticia
Huang, J. (1999). Introducción a la disfunción cerebral. Universidad de Mississippi
Medical Center.
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