jueves, 14 de febrero de 2019

Psicopatología de la Percepción e Imaginación


PSICOPATOLOGÍA DE LA PERCEPCIÓN E IMAGINACIÓN

  • Clasificación de los trastornos perceptivos y de la imaginacion
  • Distorsiones perceptivas o sensoriales    
  • Engaños perceptivos
        Autores:
  • Cepeda Doménica
  • Fajardo Leisking
  • Montalvo Arturo
  • Murillo Fiama
  • Murillo Nathaly
 

RESUMEN

La percepción es el proceso por medio del cual extraemos información del medio ambiente. Involucra la sensibilidad y su interpretación. Las sensaciones implican la información básica que nuestros aparatos perceptuales reciben, tanto interna como externamente, y lo conducen hasta las áreas sensitivas primarias. Mientras que la imaginación es el proceso, por el cual, el individuo representa una imagen mental. Estos dos procesos se diferencian por características que determinarán cuál de los dos es el contenido de la conciencia.

Por ello es necesario clasificar cuando se comienza a tener una percepción patológica, se debe partir conociendo que los trastornos perceptivos se clasifican en distorsiones perceptivas y engaños perceptivos, el primero se refiere a las percepciones alteradas que adquiere el sujeto a través de los sentidos debido a la forma en que el individuo recibe la información a partir de las características formales del estímulo (forma, intensidad, cualidad, etc.); y el segundo, que se da cuando un sujeto crea la percepción de modo completo, con escasa o nula participación de los estímulos captados por los sentidos.

Además, este trabajo se abordará desde enfoques teóricos psicológicos y el enfoque fisiológico desde lo biológico. Al final de este trabajo se realizó el análisis práctico sobre los trastornos de la percepción e imaginación en un caso escrito y en el análisis de una película. 



INTRODUCCIÓN
Durante mucho tiempo se ha tratado de explicar como el hombre percibe e interpreta su realidad. Diferentes posturas han tratado de explicarlo, sin embargo, debido a las diversas definiciones que han aportado los enfoques, el modo de percibir la realidad se relaciona con la interpretación que hace el individuo mediante la información extraída del mundo a través de los órganos de los sentidos, y a su vez mediado por los esquemas mentales que el individuo realiza en base a experiencias previas o no.
La percepción puede ser estudiada desde distintos enfoques teóricos, en este trabajo se mostrarán los enfoques psicológicos y fisiológicos de la percepción, aunque también se presenta el enfoque empirista, el enfoque Gibsoniano y el computacional. En el enfoque psicológico se encuentran las contribuciones de escuelas psicológicas como el estructuralismo, la Gestalt, el conductismo, el constructivista y el cognitivista; y en el enfoque fisiológico se muestra la percepción de los cinco sentidos.
Para este trabajo se analizó la clasificación de los trastornos perceptivos e imaginación que se encuentran en Sarráis, Belloch, Uriarte, Jarne y Jaspers que separaron los trastornos en dos grupos, los cuales son: distorsiones y engaños perceptivos.
Este análisis sirvió para discutir las alteraciones en el caso escrito que consiste en un paciente de género masculino de 24 años quien vive solo, con un subsidio social y hace un año trabajó como empleado en un banco importante. Él sufría de episodios psicóticos, los cuales lo llevaron a que sea ingresado por dos ocasiones a un hospital psiquiátrico. Finalmente, se analizó la película “El Club de la Pelea” donde el lado oscuro de un trabajador de oficina sale a flote en un club clandestino donde los hombres pelean para liberar su frustración.



MARCO TEÓRICO

1. Definiciones de la percepción


La palabra percepción ha tenido diversas definiciones a lo largo del tiempo y la causa se debe a diversos factores como; los diferentes autores, teorías y enfoques que la han trabajado, etc. A continuación, se presentará las definiciones que le han dado algunos autores a este término.

Fernando Sarráis (2016), en su obra llamada Psicopatología, define a la percepción como:

            “La percepción es un proceso mental por el que una persona capta el significado de los estímulos del mundo exterior e interior que recibimos mediante los sentidos. Es la primera etapa del proceso de conocimiento, en el que se da una interacción entre las características del sujeto y del mundo. Permite conocer la realidad tal como es, para adaptarse a ella y sobrevivir.” (p. 59)

Por otro lado, en su obra Funciones Cerebrales y Psicopatología, (Uriarte, 2013) manifiesta que:

La percepción es el proceso por medio del cual extraemos información del medio ambiente. Involucra la sensibilidad y su interpretación. Las sensaciones implican la información básica que nuestros aparatos perceptuales reciben, tanto interna como externamente, y lo conducen hasta las áreas sensitivas primarias (Brodmann 1,2,3,17,22,41); estos impulsos “crudos” se asocian con las áreas cerebrales secundarias que contienen los instintos y memorias para formar representaciones mentales. (p. 55)

Para (Belloch, Baños, & Perpiñá, 2008) la percepción es “un proceso fundamentalmente psicológico que hace el individuo de aquello que están captando sus sentidos; y esa interpretación se fundamenta a su vez en las experiencias previas, las expectativas y las predisposiciones personales.” (p. 138)

Considerando las definiciones que han propuesto los diversos autores de esta palabra, se puede concluir que, la percepción es un proceso mental, el cual, permite que el ser humano sea capaz de conocer y dar una interpretación única e individual de aquella información que recolecta del entorno en el que se desenvuelve, por medio de los sentidos, y así conocer la realidad en la que vive, en términos simples, nos permite conocer el medio que nos rodea.

2. Definición de la imaginación


Facultad humana para representar mentalmente sucesos, historias o imágenes de cosas que no existen en la realidad o que son o fueron reales, pero no están presentes.

Es una capacidad sensorial interna que conserva las impresiones y las reproduce en la representación y la fantasía. (Jaspers, 1977)

3. Características de la percepción y de la imaginación


Estas son algunas de las características de la percepción:

  1. Las percepciones son corpóreas (poseen carácter de objetividad)
  2. Las percepciones aparecen en el espacio objetivo exterior.
  3. Las percepciones tienen un diseño determinado, están completamente y con todos los detalles ante nosotros.
  4. En las percepciones los diversos elementos de la sensación tienen toda la frescura sensorial, por ejemplo, la iluminación de los colores.
  5. Las percepciones son constantes y pueden ser retenidas fácilmente de la misma manera.
  6. Las percepciones son independientes de la voluntad no pueden ser suscitadas arbitrariamente y no pueden ser alteradas. Son admitidas con el sentimiento de pasividad.

Estas son algunas de las características de la imaginación:

1.      Se descompone y se crea de nuevo

2.      aparece en el espacio representativo subjetivo interno.

Para estudiar las características de la percepción, se tiene que determinar si el contenido de la conciencia corresponde a una percepción (síntesis de las sensaciones de los sentidos), a una imagen (elaborada por la imaginación) o a un recuerdo (que es una percepción del pasado). 

A continuación, se recogen las tres características que las diferencian:

        La intensidad

La imagen nunca alcanza en la conciencia el mismo grado de intensidad que la percepción, sino que es mucho más pálida y débil. Esto se debe a que la percepción tiene su origen en estímulos reales presentes a los sentidos, es decir, los vivimos directamente; mientras que la imagen es la huella de una vivencia del pasado que se guarda de modo esquemático en la memoria y que se actualiza en el momento de imaginarla. Así pues, la intensidad de la imagen depende de la intensidad de la atención que hayamos prestado a la percepción que la origina y también del número de veces que esa imagen se ha revivido; la intensidad de la percepción, por su parte, depende de las sensaciones provocadas por los estímulos de la realidad presente, y del interés y de la atención que les presta el sujeto, que es siempre mayor que la que concede a las imágenes.

        La estabilidad

La percepción permanece idéntica mientras se sigue percibiendo el objeto. La imagen se difumina y se modifica según las circunstancias en que se imagina, pues la imagen se recrea en cada ocasión.

        La integridad

Los contenidos de la percepción son claros y minuciosos. La percepción es íntegra porque contiene todos sus elementos integrantes. Las imágenes son difusas y esquemáticas.


4. Importancia de la percepción e imaginación

La percepción, como lo menciona Sarráis, es un proceso mental que se considera importante porque permite al individuo conocer su entorno por medio de los sentidos, interpretarlo a través de la subjetividad y adaptarse a él. Por otro lado, Jaspers considera que la imaginación es importante para el ser humano, ya que le brinda pautas para establecer una diferenciación entre lo que es parte de la realidad y lo fantasioso.

La relación entre estos dos procesos le va a permitir al individuo discriminar lo que se percibe como real o imaginario.

5. Enfoques de la percepción


Enfoque empirista


(Schunk, 2012) indica que, para Aristóteles el mundo externo es la base de las impresiones sensoriales de los seres humanos, y estás impresiones, a su vez, son interpretadas como válidas por la mente. Las leyes de la naturaleza no se pueden descubrir por medio de las impresiones sensoriales sino por la razón, a medida que la mente obtiene datos del entorno.

Enfoque estructuralista


(Hernández, 2012) indica que, Wundt pensaba que el propósito principal de la psicología era averiguar el modo en que se asocian los elementos más simples del dinamismo psíquico que son las sensaciones (colores, formas, olores, sonidos) y los sentimientos, para originar componentes más complejos (percepciones, pensamientos, razonamientos). Wundt creía que el método más adecuado para estudiar estos procesos mentales era la introspección o auto observación, en el cual el individuo observe y analice lo que ocurre en su propia conciencia y sea capaz de describirlo y expresarlo.

Enfoque de la Gestalt


(Leone, 1998) indica que, en la Gestalt, el cerebro humano organiza los elementos percibidos en forma de configuraciones (gestalts) o totalidades. Lo percibido deja de ser un conjunto de manchas o de sonidos inconexos para tornarse un todo coherente: es decir: objetos, personas, escenas, palabras, oraciones, etc.

El cerebro transforma lo percibido en algo nuevo, algo creado a partir de los elementos que percibe para hacerlo coherente aun pagando a veces el precio de la inexactitud. Así, las tareas del cerebro consisten en localizar contornos y separar objetos (figura y fondo), unir o agrupar elementos (similaridad, continuidad, destino común), en comparar características de uno con otro (contraste – similaridad), en destacar lo importante de lo accesorio (figura y fondo), en rellenar huecos en la imagen percibida para que sea íntegra y coherente (Ley de cierre).

Enfoque Conductual


(Hernández, 2012), indica que este enfoque estaba más interesado en observar de forma objetiva el comportamiento del ser humano, por lo que muchos estudiosos dentro de este enfoque no tuvieron interés en los procesos de percepción, ya que lo consideraban un simple registro de los eventos (estímulos) que se presenta al sujeto.

Enfoque Constructivista


(Ortiz, 2015) menciona que, en el constructivismo, cada persona percibe la realidad, la organiza y le da sentido en forma de constructos, gracias a la actividad de su sistema nervioso central, lo que contribuye a la edificación de un todo coherente que da sentido y unicidad a la realidad. Y que cada persona percibe la realidad de un modo distinto dependiendo de sus capacidades físicas, del estado emocional, sus condiciones sociales y culturales, es decir, el individuo es una construcción propia que se va produciendo día a día. 

Enfoque Cognitivista


Los cognitivistas plantean a la percepción como un proceso cognitivo básico pero complejo y como una de las operaciones más importantes en el procesamiento de la información. El cognitivismo intenta describir y explicar el proceso perceptivo que tiene lugar internamente; la salida perceptual es el resultado de combinar los datos estimulantes con las experiencias previas relevantes e hipótesis generadas internamente, es decir, el individuo procesa y almacena información.

Enfoque Gibsoniano


(Hernández, 2012), manifiesta que este enfoque atribuye mayor importancia a la riqueza de los estímulos sensoriales por sí mismos, es decir, para Gibson los estímulos cuentan ya con gran información que se le provee al sujeto, así este no necesita de experiencia previa, ni de cogniciones o cualquier otro proceso superior para llevar a cabo la percepción (interpretaciones, cálculos, etc.), la percepción es directa.

Enfoque Computacional


(Hernández, 2012), señala que este enfoque reconoce la importancia de la riqueza de los estímulos; sin embargo, también reconoce que la cuestión física- orgánica opera de forma muy importante. Este enfoque trata al sistema visual como si fuera una computadora programada para percibir objetos. El punto de partida para la percepción de los objetos es la imagen del objeto o la escena en la retina, luego se procesa, se almacena y se produce una respuesta.

Enfoque fisiológico de la percepción


La percepción cuenta con sistemas perceptivos los cuales son un conjunto de neuronas sensoriales que llevan la información desde el receptor hasta la corteza cerebral. Los órganos de los sentidos son los que ayudan a captar las cualidades de los objetos externos, por eso a continuación se hablar de las formas de percepción. 


Percepción visual
 

Galindo (2016), indica que la percepción visual es un proceso complejo que inicia cuando los ojos reciben un estímulo. La luz alcanza los ojos y es captada por la córnea, pasa por el humor acuoso y por el cristalino, formando una imagen invertida en la retina (Molina R. 2001). El músculo ciliar ajusta la curvatura del cristalino para que la imagen se forme en la retina. En ese momento la retina convierte el estímulo lumínico en impulso eléctrico. Después, la luz es detectada por los conos y bastones, los cuales forman sinapsis con las células bipolares y luego estas se conectan con las células ganglionares. Posterior a ello, esta energía eléctrica se transmite a través de los axones del nervio óptico, hasta llegar al cerebro (Molina R. 2001).

La información llega a la conexión cerebral mediante el quiasma y continua hasta llegar a una zona específica del tálamo (los núcleos geniculares laterales), desde donde es enviada al córtex visual, situado en el lóbulo occipital. La información procedente del ojo derecho es enviada al córtex visual del hemisferio izquierdo y la del ojo izquierdo es
enviada al hemisferio derecho.



Percepción olfativa

Braun (1988), dice que cuando un objeto emite un olor y nos llega a la nariz esto quiere decir que moléculas de dicho objeto se han desprendido de él y llegado por difusión o arrastre, a nuestra nariz. Estas moléculas entran en la nariz debido a la aspiración que realizamos cuando respiramos. La moléculas viajan por una pequeña zona de tejido llamada membrana olfatoria la cual se encuentra en la parte superior de la cavidad nasal, está cubierta de gruesa mucosa, en la membrana hay numerosas células receptoras consideradas prolongaciones del propio cerebro, aquí se realiza una asociación entre las moléculas y las células receptoras, luego se crea un impulso nervioso, este impulso irá al cerebro a través de un hueso delgado de la frente llamado lámina cribiforme (hueso etmoides), bajo esta lámina están los bulbos olfatorios donde el impulso nervioso tendrá su primera conexión con el cerebro, en el bulbo olfatorio hay estructuras llamadas glomérulos cuya función es codificar la información y enviarla al sistema límbico (amígdala e hipocampo) y al neocórtex que procesa la información.



Percepción auditiva

Braun (1988), dice que el sonido entra en el oído y se canaliza a través del canal auditivo hasta alcanzar la membrana timpánica, cuando la membrana timpánica comienza a vibrar, pone en movimiento la cadena osicular del oído medio. La cadena osicular está compuesta por el martillo, el yunque y el estribo. Las vibraciones del sonido se transmiten a través de la cadena osicular hacia el oído interno. En el oído interno, la cóclea (la cual se encuentra llena de fluido y está cubierta por las células sensoriales o ciliadas, las cuales poseen distintos grados de sensibilidad para la detección de los diferentes tonos o frecuencias) desempeña un papel fundamental, pues aquí la energía mecánica del sonido se transforma en complejas señales eléctricas que se transmiten al cerebro a través del nervio auditivo. Luego el córtex auditivo cerebral interpreta esta información como sonido.





Percepción gustativa

Braun (1988), dice que cuando se come o se bebe algo, las moléculas del alimento se disuelven en la saliva y activan las células receptoras del gusto que se encuentran en la lengua y otras partes de la cavidad oral. En la lengua se encuentran pequeñas protuberancias llamadas papilas gustativas, en los lados de cada papila se hallan incrustados los botones gustativos que a su vez contienen células receptoras del gusto, estas tienen microvellosidades y estas microvellosidades tienen receptores químicos  que envían una señal al cerebro por tres pares de nervios de la cabeza:  el facial, que lleva información de la parte anterior de la lengua y el paladar; el glosofaríngeo, que lleva la información de la parte lateral y posterior de la lengua y el nervio vago, que lleva al cerebro la información gustativa procedente de la laringe, faringe y epiglotis. La información de estos tres nervios llega al tronco del encéfalo. Luego esa información pasa por el tálamo y llega a la corteza insular que es también la corteza cerebral primaria del procesamiento del gusto.





Percepción táctil

Braun (1988), nos dice que todo comienza en la piel, por debajo de su superficie se encuentran diferentes tipos de pequeños receptores. Estos son los corpúsculos de Pacini (consistencia y peso de los objetos y saber si son duros o blandos), corpúsculos de Meissner (la forma y tamaño de los objetos y discriminar entre lo suave y lo áspero), corpúsculos de Krause (sensación de frío) y corpúsculos de Ruffini (cambios de temperatura relacionados con el calor), estos identifican o sienten diferentes aspectos del tacto. Cada receptor sensorial tiene un área concreta de la piel donde responde individualmente. Una vez que se detecta un estímulo, los receptores envían diferentes impulsos a través de los nervios sensoriales que van a las raíces dorsales de la médula espinal, luego pasa al tálamo y por último llega al área sensorial primaria dentro de la corteza cerebral llamada corteza somatosensorial.


6. Clasificación de los trastornos perceptivos

Los trastornos de la percepción se clasifican en dos tipos básicos: distorsiones y errores o engaños perceptivos. (Ver Tabla 1 y 2)

Las distorsiones perceptivas se definen como percepciones, conocimientos de un objeto real presente en el campo sensorial del sujeto, pero distorsionadas o deformadas, esto es, modificadas en su intensidad, cualidad, forma o componente afectivo. Existe en ellas una parte real o verdadera, y otra irreal o falsa. Todo sujeto distorsiona algo sus percepciones y les pone un acento subjetivo (Sarráis, 2016).

Los individuos que alteran menos la percepción se denominan realistas: frecuentemente se adaptan bien al entorno, llegan a sufrir menos conflictos y tienen mayor bienestar. Las personas que distorsionan más la percepción se denominan poco realistas, ilusos, idealistas, fantasiosos: suelen adaptarse mal al entorno, tienen frecuentes conflictos y llegan a sufrir más que los realistas.

Las distorsiones perceptivas se producen por modificaciones involuntarias e inconscientes de las propiedades (intensidad, cualidad, forma y componente afectivo) del objeto real percibido.

Por otro lado, se afirma que las distorsiones perceptivas se dan cuando un estímulo que existe fuera de un sujeto, y que también accede a los órganos sensoriales, se percibe de forma distinta al que se espera dadas las características formales del propio estímulo (Belloch, 2018).

Una distorsión se da cuando existe:

•          Una percepción diferente a la habitual tomando en cuenta las experiencias previas, las características del contexto, y la forma en que los individuos perciben un estímulo, como sucede en los tipos de distorsiones de la percepción del tamaño, la forma, la intensidad, la distancia, etc.

•          Puede ser también una percepción distinta de la que se derivaría en el caso de tener únicamente en consideración la configuración física o formal del estímulo como comúnmente sucede en las ilusiones.

Las anomalías no se hayan en los órganos de los sentidos, sino se dan en la percepción que el sujeto elabora a partir de estímulos determinados, es decir, se basan en la construcción psicológica que el individuo realiza acerca de el mismo.

Ambos autores enumeran la misma clasificación de las distorsiones perceptivas que son: modificaciones de la identidad, cualidad, la forma, excepto las modificaciones relacionadas con los componentes afectivos que no define Belloch como una clasificación de la distorsión de la percepción como tal.

Dentro de los errores perceptivos, están los sujetos que crean la percepción de modo completo, con escasa o nula participación de los estímulos captados por los sentidos. Lo hace cuando proyecta una imagen mental sobre una porción de la realidad, que queda así totalmente modificada y sin adecuación con el objeto real (ilusiones); o cuando proyecta en el mundo real una imagen mental carente de objeto real (alucinaciones) (Sarráis, 2016).

Las ilusiones pueden darse en sujetos sanos en situaciones particulares; pero son más frecuentes en sujetos que padecen alguna enfermedad mental, en especial en los trastornos de la afectividad y de la personalidad. Las alucinaciones y las pseudoalucinaciones se dan siempre en individuos que sufren una grave enfermedad mental.

Por otro lado, los engaños perceptivos se dan gracias a la experiencia perceptiva nueva que, convive con las percepciones relativamente normales y no se fundamentan en estímulos realmente existentes fuera del individuo y persiste o se activa a pesar de que el estímulo que provocó la percepción inicial ya no se haya físicamente presente (como es el caso de las imágenes cidéticas, las parásitas o las consecutivas). Por ello, la experiencia perceptiva que posee el sujeto puede estar fundamentada (como pasa en las pseudopercepciones) o no (como en las alucinaciones) en estímulos reales y accesibles a los sentidos, pero en ambos casos la experiencia perceptiva se mantiene independiente de que se presente el supuesto estímulo que la produjo. (Belloch, 2018)

Belloch a diferencia de Sarráis, no se refiere a errores perceptivos, sino a engaños, porque supone que este término encierra más adecuadamente la experiencia fenomenológica que se produce en estos casos. Este término supone remitir a un aspecto que difícilmente es aplicable a muchos de estos trastornos, ya que alude a que la persona podría haber hecho algo para no equivocarse en su percepción, para no errar. En este sentido, resulta difícil admitir que la mayor parte de las personas que alucinan puedan hacer algo para controlar o evitar aquella experiencia. Un ejemplo común sería que una persona evite una imagen consecutiva después de mirar directo al sol durante unos instantes.

7. Distorsiones perceptivas

Para Sarráis (2016) las distorsiones perceptivas son ocasionadas por modificaciones, deformaciones, involuntarias e inconscientes de las propiedades del objeto real percibido, estas propiedades del objeto pueden ser entendidas como la intensidad, cualidad, forma y componente afectivo.

Sarráis (2016) al igual que Belloch (2008) clasifican estas distorsiones en función de la modificación de determinada propiedad: ya sea la intensidad, la cualidad, la forma, proximidad y modificaciones en el componente afectivo.

Modificaciones de la intensidad


La intensidad de la percepción depende de la intensidad de los estímulos sensoriales que provoca la realidad percibida, y a su vez, tiene su origen en la propia realidad, esta depende de la agudeza de los sentidos, de la atención que el sujeto presta a la estimulación y de la resonancia cerebral a las sensaciones.

Belloch (2018) plantea una modalidad especial donde constituye la percepción de la intensidad de los estímulos que causan dolor: en este caso se habla de hiperalgesias versus hipoalgesias, en donde la ausencia total de percepción de dolor se denomina analgesia.

Para Sarráis (2016) hay dos tipos opuestos de modificación de la intensidad: uno por aumento, a la que se conoce como hiperestesia, y el otro por disminución, a la que se denomina hipoestesia. Sin embargo, Belloch agrega el término de anestesia como la ausencia absoluta de percepción de la intensidad estimular.

-La hiperestesia

Esta puede ser de origen psíquico y orgánico:

La de origen psíquico se debe al efecto de emociones intensas que aumentan la atención a las sensaciones y por consiguiente la resonancia cerebral. Se conoce que la relación entre la hiperestesia y la ansiedad es bidireccional, ya que las personas ansiosas están psicológicamente tensionadas, Sarráis (2016) hace una metáfora muy interesante, al mencionar que psicológicamente las personas ansiosas son como una cuerda de guitarra muy tensada que vibra y suena con gran intensidad a cualquier contacto por suave que sea.

Por ello, es también frecuente que las personas con un estado de ansiedad y angustia sufran hiperestesia perceptiva de tipo psicógeno, crearán un círculo vicioso de ansiedad- hiperestesia-ansiedad. Otra hiperestesia de origen psicógeno es la que sufren los pacientes con euforia patológica por un episodio maniaco, en donde la persona no sabe explicar por qué está eufórica.

Por otra parte, la de origen orgánico se debe al efecto de la ingestión de sustancias químicas exógenas sobre el cerebro, o al de ciertas enfermedades neurológicas que afectan a los diferentes niveles de vía sensorial como lo son el receptor periférico, vía de transmisión y área sensorial cerebral. Cuando las causas orgánicas de hiperestesia persisten largo tiempo, suelen producir una reacción psicológica de ansiedad y frustración, por la dificultad de soportar la intensidad de las percepciones desagradables.

Además de que pueden darse en cuadros tóxicos (LSD), acompañado de síntomas epilépticos, psicosis funcional, ansiedad generalizada, hipocondría y en histerias de conversión. (Jarne, 2006)

-La hipoestesia

La hipoestesia es un estado opuesto a la hiperestesia y consiste en una disminución de la sensibilidad perceptiva debida a un aumento del umbral sensorial, que puede tener varias causas:

·         Una alteración orgánica cerebral que reduce el nivel de conciencia y, por lo tanto, de la atención perceptiva. Esto suele ocurrir frecuentemente en los cuadros de delirium, obnubilación, estupor, conmoción, coma.

·         Un trastorno mental, en el que se produce una disminución de la atención general a causa de una pérdida del interés por el mundo exterior, como la depresión. Esta disminución de la atención será proporcional a la gravedad de la depresión, y puede llegar a la total anulación perceptiva, como ocurre con los casos de depresión inhibida, en la que se anula hasta la percepción del dolor físico.

·         También hay hipoestesia en los trastornos mentales que presentan una afectividad bloqueada o apagada como son los estados de shock emocional, estupor histérico o catatonia.

·         Una situación fisiológica normal con disminución de la conciencia, como ocurre en la somnolencia, sueño, relajación profunda, hipnosis, meditación trascendental, trance.

·         Una situación psicológica normal en la que se presta una atención muy concentrada a estímulos muy excitantes, razón por la cual disminuye la atención a los otros estímulos.

·         Jarne (2006) indica también que puede darse en caso de cuadros confusionales, en sujetos depresivos y hipoalgias.

Modificaciones de la cualidad

Sarráis (2016), plantea que se tratan de distorsiones perceptivas por una modificación de la cualidad de las sensaciones. Este tipo modificaciones se da especialmente en las funciones visuales, especialmente relacionados con el color, es decir, los objetos cambian de color, o todo el panorama visual se presenta de un determinado color: amarillo (xantopsia), verde (cloropsia) o rojo (eritropsia). Se deben excluir de este apartado el daltonismo ya que esta es una imposibilidad sensorial para ver todos los colores o algunos colores, y los cambios de coloración de los objetos cuando cambia la luz que incide en ellos.

En este tipo de distorsión de la cualidad también se han encontrado estas modificaciones en otros sentidos: ciertas comidas normales que saben raro, o han perdido el sabor habitual, o no saben a nada; o bebidas que saben distinto, como por ejemplo el agua, insípida para la mayoría, que sabe a gasolina.

La mayoría de estas distorsiones se presentan cuando la vía se altera por el efecto de sustancias químicas, como medicamentos, drogas; o por procesos físicos como traumatismos, hipertermia, hipertensión intracraneal.

Es raro que se deba a enfermedades mentales, aunque en las psicosis, en las que se alteran todas las funciones psíquicas, también pueden darse distorsiones perceptivas muy extrañas e interpretaciones delirantes de la percepción, y percibirse colores, olores y sabores extraños o especiales. Con lo que Belloch (2008) aclara que estas alteraciones de tipo psicógeno pueden aparecer en trastornos mentales, como las esquizofrenias o las depresiones donde un paciente esquizofrénico puede quejarse de que todo lo que come está amargo, o de que las flores huelen a excrementos; y un depresivo puede decir que todo «lo ve» (en el sentido de que lo experimenta o lo vive) negro, opaco o sin color. Sin embargo, si le pedimos que enumere los colores de un cuadro, los identificará correctamente. De nuevo, en este tipo de casos nos hallamos frente a un correcto funcionamiento de los órganos sensoriales: es la percepción del mundo la que está alterada en este paciente.

Modificaciones en la forma

Desde el punto de vista de Belloch (2008) se trata de distorsiones en la percepción visual de la forma a las que denomina dismorfopsias, Sarráis (2016) complementa que estas distorsiones son casi exclusivas en el campo visual y pueden ser de dos tipos: dismegalopsias, estas son determinadas por cambios en la forma normal de los objetos vistos, y desintegración de la forma que son causadas por alteración de la capacidad para organizar las percepciones en una totalidad.

-Dismegalopsias

Son distorsiones perceptivas producidas por una modificación del tamaño de los objetos del campo visual: Se conoce como micropsia a la disminución de la percepción hacia los objetos reales, por encogimiento o alejamiento, y al aumento por agrandamiento o proximidad se lo denomina macropsia o megalopsia. Cuando estas distorsiones se refieren al propio cuerpo reciben el nombre de autometamorfopsias.

Por otra parte, cuando los objetos se agrandan y empequeñecen alternativamente se habla de metamorfopsia, que es un fenómeno típico de algunas crisis epilépticas (Belloch, 2008).

Estas distorsiones tienen una causa orgánica por deberse a una lesión en algún lugar de la vía perceptiva visual o en las áreas visuales del cerebro: alteraciones retinianas o de los reflejos de acomodación y convergencia del ojo, epilepsias, tumores y cicatrices de la zona posterior del lóbulo temporal.

     -Desintegración de la forma

A esta clasificación Belloch (2008) la denomina anomalía en la integración perceptiva, en donde la persona parece incapaz de establecer los nexos que habitualmente existen entre dos o más percepciones procedentes de modalidades sensoriales diferentes.

Sarráis (2016) explica que en la desintegración de la forma hay un fallo en la organización perceptiva que produce la separación de los elementos constitutivos de una totalidad percibida o la asociación de elementos pertenecientes a varias percepciones distintas, a las que Sarráis y Belloch, denominan escisión y aglutinación, respectivamente.

En las escisiones perceptivas el sujeto no es capaz de identificar los objetos que percibe porque los ve rotos en varias partes. En las aglutinaciones perceptivas el sujeto tampoco es capaz de reconocer lo que ve porque los objetos se mezclan unos con otros.

La desintegración perceptiva se da especialmente en las psicosis, bien de origen funcional como lo es el caso de la esquizofrenia, o también de origen orgánico, sobre todo en las producidas por el consumo de drogas alucinógenas.

Modificaciones del componente afectivo


Esta clasificación es dada por Sarráis (2016), donde como punto de partida se tiene que toda percepción produce, en el sujeto que la capta, un afecto, cuya cualidad depende de la interacción entre las características del objeto y la manera de ser de la persona. En toda percepción hay dos reacciones afectivas básicas: la extrañeza y la familiaridad.

En algunas enfermedades mentales o situaciones psicológicas especiales estos dos afectos básicos de la percepción se pueden alterar: un objeto familiar puede producir un afecto de extrañeza a lo que se conoce como extrañabilidad, y uno extraño producir un afecto de familiaridad a lo que el autor denomina como entrañabilidad. El primero se da en algunas depresiones graves y en la esquizofrenia. El segundo es propio de las fases maniacas y puede darse también por efecto de la psilocibina y de drogas euforizantes o estimulantes.

Las Ilusiones


Esta clasificación para Sarráis corresponde a un engaño perceptivo, sin embargo, para Belloch (2008) las ilusiones pueden ser tratadas como una distorsión perceptiva en la medida en que se defina como una percepción equivocada de un objeto concreto. Las ilusiones son perceptos que no se corresponden con las características físicas objetivas de un estímulo concreto.
  • Ilusión pareidolia

Se considera un tipo especial de ilusión en la cual el individuo proporciona una organización y significado a un estímulo ambiguo, por ejemplo, las caras que vemos dibujadas en el perfil de una montaña o en las llamas que surgen de una chimenea.
  • La sensación de presencia 

Esta denominación es dada por Reed (1988) para hacer referencia a una especie de sexto sentido, que conlleva una experiencia sensoperceptiva compleja. En este caso, la persona tiene la sensación de que no está sola, aunque no haya nadie a su alrededor, ni sea capaz de identificar claramente algún estímulo que apoye esa sensación, tal como una voz o cualquier otro signo similar que denote la presencia como tal.

Este fenómeno es muy frecuente en ciertas situaciones vitales, tales como el cansancio físico extremo o la soledad acompañada de disminución drástica de estimulación ambiental. Pero también puede aparecer asociado a estados de ansiedad y miedo patológicos, a esquizofrenia, a histeria y a trastornos mentales de origen orgánico. Téngase en cuenta que los estados emocionales intensos constituyen una causa fundamental para la aparición de ilusiones.

8. Engaños perceptivos

Los engaños perceptivos son percepciones donde el sujeto añade una parte importante a lo percibido, por lo que se consideran irreales. Se puede encontrar tres tipos de engaños perceptivos: las ilusiones, las alucinaciones y las pseudoalucinaciones. (Sarráis, 2016)

Diferencia entre ilusiones, alucinaciones y pseudoalucinaciones

Las ilusiones, como mencionó Belloch, son una percepción errónea de un objeto real o modificaciones de la realidad que percibimos, a diferencia de las alucinaciones, que son la percepción de un objeto sin que este exista y las pseudoalucinaciones, según Uriarte, que suceden cuando se percibe algo que no es real, pero el sujeto es consciente de aquello.

Por otra parte, las pseudoalucinaciones, al contrario de las alucinaciones, no dependen de la voluntad de las personas para ser experimentadas y no se proyectan al mundo exterior porque ocurren internamente, igualmente con las ilusiones, que sí se dan externamente, pero los objetos que no se han captado lo suficiente son completados con imágenes de una realidad recordada. Asimismo, las ilusiones y las pseudoalucinaciones no necesariamente se dan en pacientes con algún tipo de trastorno, como es el caso de las alucinaciones. (Sarráis, 2016)

a.Ilusiones


Las ilusiones, menciona Uriarte, son ideas erradas que se dan por una transformación de las percepciones reales debido a un estado emocional que altera la autenticidad de lo que percibimos, interpretándolos de una manera errónea. Por otro lado, Belloch manifiesta que son percepciones equivocadas de un objeto concreto. Mientras que, según Sarráis, en las ilusiones el sujeto añade imágenes mentales de realidades anteriores y que las ha guardado en su memoria a la realidad que captan sus sentidos, dando así, origen, a una falsa percepción.

(Sarráis, 2016) también señala que hay diferentes causas de las ilusiones, pero la más frecuente se debe a que el sujeto no ha captado sensorialmente una realidad lo suficiente para darse cuenta de lo percibido y trata de completar la percepción con imágenes recordadas de una realidad parecida. En ocasiones éste fenómeno es exagerado y produce las ilusiones. Se distinguen tres tipos de ilusiones según la causa que la motiva: inatención, paraeidólicas y catatímicas.

•Ilusiones por inatención (fabulación)

La falta de atención reduce la cantidad de información sensorial que se capta, lo que va a obligar al sujeto a completar en la percepción con datos de su experiencia. Este proceso se usa también en la evocación de los recuerdos para rellenar los vacíos de memoria, es decir, para completar un recuerdo del que no se conservaron algunos detalles porque no se le prestó la suficiente atención, no se memorizó o se ha olvidado. A su vez, la falta de atención puede tener dos orígenes: una externo del sujeto, porque los estímulos son de muy corta duración o de poca intensidad y otro interno al sujeto, por falta de interés ante los estímulos o por tener la atención concentrada en ideas o imágenes internas (ensimismamiento).

•Ilusiones paraeidólicas (imaginativas)

En este tipo de ilusiones el engaño perceptivo se produce porque la fantasía del sujeto añade imágenes mentales a la realidad que está captando por los sentidos. Por esta razón, parece que vemos figuras de animales en la forma de algunas nubes, caras en las manchas de una pared o figuras humanas danzando en la llama de un fuego. Algunas personas tienen un hábito exagerado de fantasear sobre la realidad, que constituye un rasgo de su personalidad. Otras personas presentan un exceso pasajero de su fantasía debido a una enfermedad mental o el efecto de sustancias psicoactivas.

•Ilusiones catatímicas (afectivas)

Se producen por un estado emocional intenso en el sujeto que percibe. Éste fenómeno explica que una madre ve más alto a su hijo que a los niños que realmente lo son más. En la producción de estas ilusiones el estado emocional del sujeto hace que preste atención a unos estímulos y no a otros; y que perciba con más intensidad los estímulos en sintonía con el afecto.

b.Alucinaciones


Las alucinaciones, según Uriarte, son trastornos de la percepción en donde la experiencia sensorial no tiene estímulo externo, pero se presentan simultáneamente con las percepciones reales. Mientras que Belloch cita a (Karl Jaspers, 1975) quien afirma que las alucinaciones son percepciones corpóreas engañosas que no han surgido de percepciones reales, sino que son nuevas, y se presentan a la par con las percepciones reales. Por otro lado, Sarráis toma el concepto de Esquirol, quien expresa que las alucinaciones son percepciones sin objeto o sin realidad.

Características de las alucinaciones


Sarráis cita a (Jaspers, 1975) quien propone las siguientes características de las alucinaciones:

-          Son materiales, es decir, se sitúan en el espacio objetivo del mundo real.

-          Están claramente limitadas, es decir, tienen todos los elementos propios del objeto real.

-          Son constantes e independientes de la voluntad, es decir, la imagen no varía a voluntad del sujeto.

-          Sus elementos sensoriales son complejos y actuales.

Modalidades de alucinación


(Belloch, 2008) propone modalidades de las alucinaciones, las cuales pueden aparecer en distintos trastornos.

-Alucinaciones auditivas

Alucinaciones más frecuentes donde se encuentran las verbales, lo que quizá es una prueba de la importancia que tiene el habla para los seres humanos como medio de adaptación al ambiente (Ludwig, 1986). Pueden ir desde las alucinaciones más elementales como los sonidos de ruidos, pitidos, cuchicheos, murmullos, campanas, pasos, etc., hasta alucinaciones más estructuradas y formadas en las que la persona puede escuchar palabras con significado. El individuo puede asociar estas voces alucinatorias a voces familiares o desconocidas; pueden hablar en tercera persona o adquirir el carácter de diálogo o conversación entre dos o más personas; pueden tener corta o larga duración; y su contenido puede ser amenazador o amigable. Hay veces donde un paciente que experimenta una alucinación auditiva puede que no logre manifestar el sexo de la voz o de donde proviene. Pero en otras ocasiones, sobre todo en la esquizofrenia, el paciente sí lo explica, dicen que son fruto de la telepatía o rayos cósmicos y otras veces aseguran que provienen del interior de su cuerpo: de sus piernas, de su estómago, de su pecho. Y, finalmente, otros pacientes son capaces de describir claramente la procedencia, el sexo y el idioma de las voces.

Una forma especial de alucinación auditiva es el eco del pensamiento donde el paciente oye sus propios pensamientos expresados en voz alta a medida que los piensa. En ciertas ocasiones, en especial cuando el paciente presenta delirios, las voces pueden dar órdenes y se habla entonces de alucinaciones imperativas. Estas órdenes tienen una gran fuerza sobre la persona que las experimenta y suelen aparecer en la depresión mayor, pero la diferencia es que el paciente esquizofrénico, a diferencia del depresivo, puede protestar rebelarse contra las voces, especialmente si éstas hacen comentarios despectivos sobre su persona o sus comportamientos. Pero las alucinaciones auditivas también pueden aparecer en algunos estados orgánicos agudos como la alucinosis alcohólica, donde se escuchan sonidos pobremente estructurados o pueden aparecer fonemas o frases breves.

-Alucinaciones visuales

Tenemos alucinaciones elementales como las fotopsias, que son destellos, llamas, círculos luminosos, etc. que pueden estar inmóviles o en continuo movimiento, pueden presentarse también con caracteres geométricos o ser de tipo caleidoscópico y estar integradas con colores muy vivos y luminosos, o por el contrario ser incoloras. En otras ocasiones las alucinaciones visuales son complejas y se ven como figuras humanas, escenas de animales conocidos o fabulosos, etc., y pueden tener un tamaño natural o presentar un tamaño reducido o gigantesco.

Las alucinaciones visuales, en general, poseen cierta perspectiva, lo que lleva a la persona a experimentarlas con un mayor realismo, aunque pueden aparecer superpuestas a objetos, paredes, muros, etc. Una variedad de experiencia alucinatoria visual poco usual es el fenómeno de la autoscopia que consiste en verse a sí mismo como un doble reflejado en un cristal, a menudo con una consistencia gelatinosa y transparente, con el conocimiento de que la figura humana que se está viendo es uno mismo, por lo que a veces se le conoce también con el nombre de «la imagen del espejo fantasma». En la autoscopia negativa sucede lo contrario: el paciente no se ve a sí mismo cuando se refleja su imagen en un espejo.

-Alucinaciones olfativas

Estas alucinaciones no son muy frecuentes, por lo que para estar completamente seguros de su presencia será importante observar al sujeto en el preciso momento en que está experimentando la alucinación, prestando especial atención tanto a su actitud como a los movimientos que realiza. Las alucinaciones olfativas pueden darse en la depresión, en la esquizofrenia, en la epilepsia y en otros estados orgánicos, como las lesiones en el uncus del lóbulo temporal. Por lo general, los sujetos que la sufren dicen «oler» algo extraño, casi siempre desagradable, y con interpretación, como por ejemplo estar siendo envenenados con gas, anestesiados, etc. Por otro lado, hay sujetos que dicen que son ellos mismos los que producen y emiten los olores, lamentándose de que se extenderán por toda la casa o incluso por la ciudad.

-Alucinaciones gustativas

Las personas que experimentan este tipo de alucinaciones perciben gustos desagradables y las pueden atribuir tanto a una fuente exterior como a su propio cuerpo (por hallarse podrido interiormente). Aunque son poco frecuentes, pueden darse en diversos trastornos como la histeria, el alcoholismo crónico, la epilepsia del lóbulo temporal, episodios maníacos, etc., si bien son más típicas de la esquizofrenia, las depresiones graves y los estados delirantes crónicos, también pueden sugerir epilepsia del lóbulo temporal, irritabilidad del bulbo olfatorio e incluso un tumor cerebral. Puede darse el caso donde el paciente se queje de que lo que come no tiene gusto a nada o de que sabe desagradable.

-Alucinaciones táctiles o hápticas

Puede manifestarse en cualquier parte del cuerpo. Los sujetos se sienten tocados, pellizcados, manoseados, etc.; o pueden sentir calambres por supuestas corrientes eléctricas, o que se les está quemando alguna parte del cuerpo. Estas alucinaciones se dividen en activas y pasivas. En las primeras, el sujeto cree, por ejemplo, que ha tocado un objeto inexistente y en el segundo, el paciente cree que alguien o algo le agarra, le toca, le quema, le sopla, le pincha, le estrangula, le corta, etc., y tales sensaciones pueden acompañarse o no de dolor. Una forma específica de alucinación háptica es lo que se conoce con el nombre de formicación, es decir, la sensación de que pequeños animales o insectos reptan por debajo o encima de la piel. Este tipo de alucinación es principalmente característico de estados orgánicos, como la abstinencia del alcohol o la psicosis cocaínica.

- Alucinaciones sobre sensaciones procedentes del propio cuerpo

Se incluyen alucinaciones que remiten a sensaciones que el paciente considera que vienen casi siempre del interior de su propio cuerpo, o que afectan a sus órganos internos y externos (por ejemplo, los genitales), o a sus miembros más distales (brazos, manos, cabeza, piernas, pies). Suelen estar presentes en la esquizofrenia junto con todo tipo de delirios bizarros. Una variante poco frecuente de alucinación somática visceral es la que se asocia a los delirios zoopáticos, en los que el paciente está convencido de que algún animal se arrastra por su cuerpo y, aunque no lo puede ver, es capaz de describirlo con detalle. También pueden creer que el animal está dentro de ellos y vaga con libertad por su cuerpo.

-  Alucinaciones cinestésicas

Hacen referencia a percepciones de movimiento de ciertas partes del cuerpo que realmente no se están moviendo. Los sujetos que experimentan este tipo de alucinación tienen una vivida sensación de que su cuerpo, o partes de él, se mueven, que sus músculos se contraen, que sus brazos se levantan, que sus piernas giran o se retuercen, que su cuerpo vibra o tiembla, etc., sin que el observador pueda constatar que se produce el más ligero movimiento. Aunque estas alucinaciones se pueden presentar en la esquizofrenia, se dan con mayor frecuencia en pacientes con trastornos neurológicos.

Variantes de las experiencias alucinatorias


Asimismo, (Belloch, 2008) propone ciertas variantes de las experiencias alucinatorias:

•Alucinación funcional

Un estímulo va a desencadenar la alucinación, pero este estímulo es percibido al mismo tiempo que la alucinación y en la misma modalidad sensorial. No se trata de una interpretación errónea de un estímulo externo, como suele ocurrir en algunas ilusiones, ya que dicho estímulo se percibe correctamente y la aparición de la falsa percepción está en función de estímulos externos, apareciendo y desapareciendo con ellos. Es frecuente en la esquizofrenia, sobre todo en pacientes crónicos.

•Alucinación refleja

Es cuando un estímulo perteneciente a un campo sensorial determinado produce una alucinación en otra modalidad sensorial diferente, esto se debe a que las vías sensoriales se cruzan. Las padecen personas con otras funciones mentales normales, en casos de esquizofrenia y con mayor frecuencia bajo la intoxicación por LSD y otras drogas alucinógenas.

• Alucinación negativa

El sujeto no percibe algo que existe, pero tampoco se comporta como si su ausencia fuera real. Se presentan bajo hipnosis, estados místicos, estrés postraumático y trastornos disociativos. También pueden bloquear el dolor.

•  Autoscopia

En esta experiencia el paciente se ve a sí mismo y sabe que es él, por lo que se denomina también la «imagen fantasma en el espejo». No se trata sólo de una alucinación visual, sino que suele estar acompañada de sensaciones cinestésicas y somáticas, las cuales confirman al sujeto que la persona que está viendo es él mismo. Este fenómeno se puede encontrar en pacientes con estados delirantes, en algunos esquizofrénicos, en estados histéricos, en enfermos con lesiones cerebrales, en estados tóxicos, etc. Pero también se puede dar en sujetos normales cuando se encuentran muy alterados emocionalmente, exhaustos o muy deprimidos. También puede darse el fenómeno contrario, es decir, la autoscopia negativa (no ver la propia imagen cuando se refleja en un espejo) o de otra forma, la autoscopia interna, que es cuando el sujeto ve sus propias viseras o su esqueleto.

•  Alucinación extracampina

Son alucinaciones que se experimentan fuera del campo visual. Por ejemplo, el paciente puede ver a alguien sentado detrás de él cuando está mirando de frente. Este tipo de alucinación hay que distinguirla de la experiencia del «sentido de presencia», ya que en esta última el sujeto tiene la sensación de que hay alguien presente, aunque no lo pueda oír ni ver.



c.  Pseudoalucinaciones

Las pseudoalucinaciones, según Uriarte, se perciben como irreales para el sujeto y este está consciente de que no se refieren a él. Por otro lado, Belloch menciona que tienen un reconocimiento de subjetividad por parte del que las experimenta, mientras que para Sarráis son alucinaciones que el sujeto percibe en el interior de su cabeza.

De diferente manera, para Jaspers las pseudoalucinaciones debían ser consideradas como un tipo especial de imagen mental, más que como una verdadera alucinación. Esta definición ha hecho que algunos autores utilicen el término «pseudoalucinación» cuando un paciente sufre de alucinaciones, pero no las considera reales.

Por otra parte, como señala Reed (1988), las personas que experimentan pseudoalucinaciones no describen sus perceptos como escenas reales, sino que se refieren a ellas como visiones.

Las pseudoalucinaciones se producen normalmente en las modalidades auditiva y visual, y se suelen asociar a estados hipnagógicos e hipnopómpicos (ambos relacionados con el dormir), trance, fatiga, privación sensorial y al uso de drogas (fundamentalmente alucinógenos): es decir, suelen aparecer en circunstancias donde se produce una disminución de la claridad de la consciencia o una disminución del estado normal de alerta.

En el apartado anterior acerca de la clasificación de trastornos perceptivos solo se mencionaron las teorías de Belloch y Sarráis, ya que únicamente estos dos autores clasifican estos trastornos en dos grupos; a diferencia de Uriarte el cual solo realiza la diferenciación de los diferentes trastornos que encierran las ilusiones, alucinaciones y pseudoalucinaciones.



Caso película: El club de la pelea
Un joven sin ilusiones lucha contra su insomnio, consecuencia quizás de su hastío por su gris y rutinaria vida. En un viaje en avión conoce a Tyler Durden, un carismático vendedor de jabón que sostiene una filosofía muy particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; en cambio, la autodestrucción es lo único que hace que realmente la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces formar un club secreto de lucha donde descargar sus frustaciones y su ira que tendrá un éxito arrollador.

CONCLUSIONES

La percepción es importante en el desenvolvimiento diario del individuo debido a que este proceso mental va a permitirle conocer, interpretar y adaptarse al entorno que lo rodea.
Las personas fantasiosas o imaginativas tienden a distorsionar la realidad debido a que la imaginación es un proceso que permite al individuo representar imágenes reales o irreales.
Cada uno de los enfoques, que tratan la percepción, dan una perspectiva diferente, pero coinciden en algunos puntos unos de otros. El proceso de la percepción se encuentra en la sensación, es por medio de los sentidos (tacto, gusto, olfato, vista, oído) que se llega a ésta y se puede realizar el proceso de cognición, el cual, permite al individuo interpretar las señales que recibe del ambiente, dándoles un significado y organización.
Los trastornos perceptivos clasificados como: distorsión, referente a la construcción distorsionada de la realidad que se da después de adquirir información a través de los sentidos y el engaño, definido como la alteración completa de la realidad en donde los sentidos tienen escasa o nula participación.
Las distorsiones perceptivas son ocasionadas por modificaciones, deformaciones, involuntarias e inconscientes de las propiedades del objeto real percibido, mientras que los engaños perceptivos son variaciones de la percepción las cuales se dan tanto por condiciones estimulares especiales, ciertos trastornos o enfermedades orgánicas.



RECOMENDACIONES

La percepción y la imaginación, hacen posible que nos desenvolvamos en nuestro entorno e interactuemos con él, por eso es importante detectar a tiempo cualquier problema que pueda tener el sujeto, de esa forma podemos saber si un alumno va a necesitar ayuda adicional para captar la información de la clase en el ámbito académico, saber si un individuo va a presentar dificultades para interactuar con el medio de la manera habitual en el ámbito clínico o saber si algún trabajador requiere de apoyo sustitutivo debido a algún problema perceptivo en el ámbito profesional.
También se debe tener en cuenta que, aunque no esté presente algún problema, la percepción puede entrenarse para mejorar su rendimiento al igual que todas las habilidades cognitivas.  





BIBLIOGRAFÍA


Belloch, A., Baños, M. R., & Perpiñá, C. (2008). Psicopatología de la percepción y la imaginación. En A. Belloch, B. Sandín, & F. Ramos, Manual de psicopatología. Volumen I (págs. 137-168). Madrid: McGraw-Hill España.

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