PSICOPATOLOGÍA DE LA PERCEPCIÓN E IMAGINACIÓN
- Clasificación de los trastornos perceptivos y de la imaginacion
- Distorsiones perceptivas o sensoriales
- Engaños perceptivos
- Cepeda Doménica
- Fajardo Leisking
- Montalvo Arturo
- Murillo Fiama
- Murillo Nathaly
RESUMEN
La percepción es el proceso por medio del cual extraemos
información del medio ambiente. Involucra la sensibilidad y su interpretación.
Las sensaciones implican la información básica que nuestros aparatos
perceptuales reciben, tanto interna como externamente, y lo conducen hasta las
áreas sensitivas primarias. Mientras que la imaginación es el proceso, por el
cual, el individuo representa una imagen mental. Estos dos procesos se
diferencian por características que determinarán cuál de los dos es el
contenido de la conciencia.
Por ello es necesario clasificar cuando se comienza a tener una
percepción patológica, se debe partir conociendo que los trastornos perceptivos
se clasifican en distorsiones perceptivas y engaños perceptivos, el primero se
refiere a las percepciones alteradas que adquiere el sujeto a través de los
sentidos debido a la forma en que el individuo recibe la información a partir
de las características formales del estímulo (forma, intensidad, cualidad,
etc.); y el segundo, que se da cuando un sujeto crea la percepción de modo
completo, con escasa o nula participación de los estímulos captados por los
sentidos.
Además, este trabajo se abordará desde
enfoques teóricos psicológicos y el enfoque fisiológico desde lo biológico. Al
final de este trabajo se realizó el análisis práctico sobre los trastornos de
la percepción e imaginación en un caso escrito y en el análisis de una
película.
enviada al hemisferio
derecho.
INTRODUCCIÓN
Durante mucho tiempo se ha tratado de explicar como el hombre
percibe e interpreta su realidad. Diferentes posturas han tratado de
explicarlo, sin embargo, debido a las diversas definiciones que han aportado
los enfoques, el modo de percibir la realidad se relaciona con la
interpretación que hace el individuo mediante la información extraída del mundo
a través de los órganos de los sentidos, y a su vez mediado por los esquemas
mentales que el individuo realiza en base a experiencias previas o no.
La percepción puede ser estudiada desde distintos enfoques
teóricos, en este trabajo se mostrarán los enfoques psicológicos y fisiológicos
de la percepción, aunque también se presenta el enfoque empirista, el enfoque
Gibsoniano y el computacional. En el enfoque psicológico se encuentran las
contribuciones de escuelas psicológicas como el estructuralismo, la Gestalt, el
conductismo, el constructivista y el cognitivista; y en el enfoque fisiológico
se muestra la percepción de los cinco sentidos.
Para este trabajo se analizó la clasificación de los trastornos
perceptivos e imaginación que se encuentran en Sarráis, Belloch, Uriarte, Jarne
y Jaspers que separaron los trastornos en dos grupos, los cuales son:
distorsiones y engaños perceptivos.
Este análisis sirvió para discutir las alteraciones en el caso
escrito que consiste en un paciente de género masculino de 24 años quien vive
solo, con un subsidio social y hace un año trabajó como empleado en un banco
importante. Él sufría de episodios psicóticos, los cuales lo llevaron a que sea
ingresado por dos ocasiones a un hospital psiquiátrico. Finalmente, se analizó
la película “El Club de la Pelea” donde el lado oscuro de un trabajador de oficina
sale a flote en un club clandestino donde los hombres pelean para liberar su
frustración.
MARCO TEÓRICO
1. Definiciones de la percepción
La palabra percepción ha tenido diversas definiciones a lo largo
del tiempo y la causa se debe a diversos factores como; los diferentes autores,
teorías y enfoques que la han trabajado, etc. A continuación, se presentará las
definiciones que le han dado algunos autores a este término.
Fernando Sarráis (2016), en su obra llamada Psicopatología, define
a la percepción como:
“La percepción es
un proceso mental por el que una persona capta el significado de los estímulos
del mundo exterior e interior que recibimos mediante los sentidos. Es la
primera etapa del proceso de conocimiento, en el que se da una interacción
entre las características del sujeto y del mundo. Permite conocer la realidad
tal como es, para adaptarse a ella y sobrevivir.” (p. 59)
Por otro lado, en su obra Funciones Cerebrales y Psicopatología,
(Uriarte, 2013) manifiesta que:
La percepción es el proceso por medio del cual extraemos
información del medio ambiente. Involucra la sensibilidad y su interpretación.
Las sensaciones implican la información básica que nuestros aparatos
perceptuales reciben, tanto interna como externamente, y lo conducen hasta las
áreas sensitivas primarias (Brodmann 1,2,3,17,22,41); estos impulsos “crudos”
se asocian con las áreas cerebrales secundarias que contienen los instintos y
memorias para formar representaciones mentales. (p. 55)
Para (Belloch, Baños, & Perpiñá, 2008) la percepción es “un
proceso fundamentalmente psicológico que hace el individuo de aquello que están
captando sus sentidos; y esa interpretación se fundamenta a su vez en las
experiencias previas, las expectativas y las predisposiciones personales.” (p.
138)
Considerando las definiciones que han propuesto los diversos
autores de esta palabra, se puede concluir que, la percepción es un proceso
mental, el cual, permite que el ser humano sea capaz de conocer y dar una
interpretación única e individual de aquella información que recolecta del
entorno en el que se desenvuelve, por medio de los sentidos, y así conocer la
realidad en la que vive, en términos simples, nos permite conocer el medio que
nos rodea.
2. Definición de la imaginación
Facultad humana para representar mentalmente
sucesos, historias o imágenes de cosas que no existen en la realidad o que son
o fueron reales, pero no están presentes.
Es una capacidad sensorial interna que conserva las
impresiones y las reproduce en la representación y la fantasía. (Jaspers, 1977)
3. Características de la percepción y de la imaginación
Estas son algunas de las características de la
percepción:
- Las percepciones son corpóreas (poseen carácter de objetividad)
- Las percepciones aparecen en el espacio objetivo exterior.
- Las percepciones tienen un diseño determinado, están completamente y con todos los detalles ante nosotros.
- En las percepciones los diversos elementos de la sensación tienen toda la frescura sensorial, por ejemplo, la iluminación de los colores.
- Las percepciones son constantes y pueden ser retenidas fácilmente de la misma manera.
- Las percepciones son independientes de la voluntad no pueden ser suscitadas arbitrariamente y no pueden ser alteradas. Son admitidas con el sentimiento de pasividad.
Estas son algunas de las
características de la imaginación:
1.
Se descompone y se crea de nuevo
2.
aparece en el espacio representativo subjetivo interno.
Para
estudiar las características de la percepción, se tiene que determinar si el
contenido de la conciencia corresponde a una percepción (síntesis de las
sensaciones de los sentidos), a una imagen (elaborada por la imaginación) o a
un recuerdo (que es una percepción del pasado).
A
continuación, se recogen las tres características que las diferencian:
La imagen nunca alcanza en la conciencia el mismo grado de
intensidad que la percepción, sino que es mucho más pálida y débil. Esto se
debe a que la percepción tiene su origen en estímulos reales presentes a los
sentidos, es decir, los vivimos directamente; mientras que la imagen es la
huella de una vivencia del pasado que se guarda de modo esquemático en la
memoria y que se actualiza en el momento de imaginarla. Así pues, la intensidad
de la imagen depende de la intensidad de la atención que hayamos prestado a la
percepción que la origina y también del número de veces que esa imagen se ha
revivido; la intensidad de la percepción, por su parte, depende de las
sensaciones provocadas por los estímulos de la realidad presente, y del interés
y de la atención que les presta el sujeto, que es siempre mayor que la que concede
a las imágenes.
La percepción permanece idéntica mientras se sigue
percibiendo el objeto. La imagen se difumina y se modifica según las
circunstancias en que se imagina, pues la imagen se recrea en cada ocasión.
Los contenidos de la percepción son claros y minuciosos. La
percepción es íntegra porque contiene todos sus elementos integrantes. Las
imágenes son difusas y esquemáticas.
La percepción, como lo menciona Sarráis, es un proceso mental que
se considera importante porque permite al individuo conocer su entorno por
medio de los sentidos, interpretarlo a través de la subjetividad y adaptarse a
él. Por otro lado, Jaspers considera que la imaginación es importante para el
ser humano, ya que le brinda pautas para establecer una diferenciación entre lo
que es parte de la realidad y lo fantasioso.
La relación entre estos dos procesos le va a permitir al individuo
discriminar lo que se percibe como real o imaginario.
5. Enfoques de la percepción
Enfoque empirista
(Schunk, 2012) indica
que, para Aristóteles el mundo externo es la base de las impresiones
sensoriales de los seres humanos, y estás impresiones, a su vez, son
interpretadas como válidas por la mente. Las leyes de la naturaleza no se
pueden descubrir por medio de las impresiones sensoriales sino por la razón, a
medida que la mente obtiene datos del entorno.
Enfoque estructuralista
(Hernández, 2012) indica que, Wundt pensaba que el propósito
principal de la psicología era averiguar el modo en que se asocian los
elementos más simples del dinamismo psíquico que son las sensaciones (colores,
formas, olores, sonidos) y los sentimientos, para originar componentes más
complejos (percepciones, pensamientos, razonamientos). Wundt creía que el
método más adecuado para estudiar estos procesos mentales era la introspección
o auto observación, en el cual el individuo observe y analice lo que ocurre en
su propia conciencia y sea capaz de describirlo y expresarlo.
Enfoque de la Gestalt
(Leone, 1998) indica que, en la Gestalt, el cerebro humano
organiza los elementos percibidos en forma de configuraciones (gestalts) o
totalidades. Lo percibido deja de ser un conjunto de manchas o de sonidos
inconexos para tornarse un todo coherente: es decir: objetos, personas,
escenas, palabras, oraciones, etc.
El cerebro transforma lo percibido en algo nuevo, algo creado a
partir de los elementos que percibe para hacerlo coherente aun pagando a veces
el precio de la inexactitud. Así, las tareas del cerebro consisten en localizar
contornos y separar objetos (figura y fondo), unir o agrupar elementos
(similaridad, continuidad, destino común), en comparar características de uno
con otro (contraste – similaridad), en destacar lo importante de lo accesorio (figura
y fondo), en rellenar huecos en la imagen percibida para que sea íntegra y
coherente (Ley de cierre).
Enfoque Conductual
(Hernández, 2012), indica que este enfoque estaba más interesado
en observar de forma objetiva el comportamiento del ser humano, por lo que
muchos estudiosos dentro de este enfoque no tuvieron interés en los procesos de
percepción, ya que lo consideraban un simple registro de los eventos
(estímulos) que se presenta al sujeto.
Enfoque Constructivista
(Ortiz, 2015) menciona que, en el constructivismo, cada persona
percibe la realidad, la organiza y le da sentido en forma de constructos,
gracias a la actividad de su sistema nervioso central, lo que contribuye a la
edificación de un todo coherente que da sentido y unicidad a la realidad. Y que
cada persona percibe la realidad de un modo distinto dependiendo de sus
capacidades físicas, del estado emocional, sus condiciones sociales y
culturales, es decir, el individuo es una construcción propia que se va
produciendo día a día.
Enfoque Cognitivista
Los cognitivistas plantean a la percepción como un proceso
cognitivo básico pero complejo y como una de las operaciones más importantes en
el procesamiento de la información. El cognitivismo intenta describir y
explicar el proceso perceptivo que tiene lugar internamente; la salida
perceptual es el resultado de combinar los datos estimulantes con las
experiencias previas relevantes e hipótesis generadas internamente, es decir,
el individuo procesa y almacena información.
Enfoque Gibsoniano
(Hernández, 2012), manifiesta que este enfoque atribuye mayor
importancia a la riqueza de los estímulos sensoriales por sí mismos, es decir,
para Gibson los estímulos cuentan ya con gran información que se le provee al
sujeto, así este no necesita de experiencia previa, ni de cogniciones o
cualquier otro proceso superior para llevar a cabo la percepción
(interpretaciones, cálculos, etc.), la percepción es directa.
Enfoque Computacional
(Hernández, 2012), señala que este enfoque reconoce la importancia
de la riqueza de los estímulos; sin embargo, también reconoce que la cuestión
física- orgánica opera de forma muy importante. Este enfoque trata al sistema
visual como si fuera una computadora programada para percibir objetos. El punto
de partida para la percepción de los objetos es la imagen del objeto o la
escena en la retina, luego se procesa, se almacena y se produce una respuesta.
Enfoque fisiológico de la percepción
La percepción cuenta con sistemas perceptivos
los cuales son un conjunto de neuronas sensoriales que llevan la información
desde el receptor hasta la corteza cerebral. Los órganos de los sentidos son
los que ayudan a captar las cualidades de los objetos externos, por eso a
continuación se hablar de las formas de percepción.
Galindo (2016), indica que la percepción visual es un proceso
complejo que inicia cuando los ojos reciben un estímulo. La luz alcanza los
ojos y es captada por la córnea, pasa por el humor acuoso y por el cristalino,
formando una imagen invertida en la retina (Molina R. 2001). El músculo ciliar
ajusta la curvatura del cristalino para que la imagen se forme en la retina. En
ese momento la retina convierte el estímulo lumínico en impulso eléctrico.
Después, la luz es detectada por los conos y bastones, los cuales forman
sinapsis con las células bipolares y luego estas se conectan con las células
ganglionares. Posterior a ello, esta energía eléctrica se transmite a través de
los axones del nervio óptico, hasta llegar al cerebro (Molina R. 2001).
La información llega a la conexión cerebral mediante el quiasma y
continua hasta llegar a una zona específica del tálamo (los núcleos geniculares
laterales), desde donde es enviada al córtex visual, situado en el lóbulo
occipital. La información procedente del ojo derecho es enviada al córtex
visual del hemisferio izquierdo y la del ojo izquierdo es
Percepción olfativa
Braun (1988), dice que cuando un objeto emite un olor y nos llega
a la nariz esto quiere decir que moléculas de dicho objeto se han desprendido
de él y llegado por difusión o arrastre, a nuestra nariz. Estas moléculas
entran en la nariz debido a la aspiración que realizamos cuando respiramos. La
moléculas viajan por una pequeña zona de tejido llamada membrana olfatoria la
cual se encuentra en la parte superior de la cavidad nasal, está cubierta de
gruesa mucosa, en la membrana hay numerosas células receptoras consideradas
prolongaciones del propio cerebro, aquí se realiza una asociación entre las
moléculas y las células receptoras, luego se crea un impulso nervioso, este
impulso irá al
cerebro a través de un hueso delgado de la frente llamado lámina cribiforme (hueso etmoides), bajo esta lámina están los bulbos olfatorios donde el impulso nervioso
tendrá su primera conexión con el cerebro, en el bulbo olfatorio hay
estructuras llamadas glomérulos cuya función es codificar la información
y enviarla al sistema límbico (amígdala e hipocampo) y al
neocórtex que procesa la información.
Percepción auditiva
Braun (1988), dice que el sonido entra en el oído y se canaliza a
través del canal auditivo hasta alcanzar la membrana timpánica, cuando la
membrana timpánica comienza a vibrar, pone en movimiento la cadena osicular del
oído medio. La cadena osicular está compuesta por el martillo, el yunque y el
estribo. Las vibraciones del sonido se transmiten a través de la cadena
osicular hacia el oído interno. En el oído interno, la cóclea (la cual se
encuentra llena de fluido y está cubierta por las células sensoriales o
ciliadas, las cuales poseen distintos grados de sensibilidad para la detección
de los diferentes tonos o frecuencias) desempeña un papel fundamental, pues
aquí la energía mecánica del sonido se transforma en complejas señales eléctricas que se transmiten al cerebro a través del nervio auditivo. Luego el córtex
auditivo cerebral interpreta esta información como sonido.
Percepción gustativa
Braun (1988), dice que cuando
se come o se
bebe algo, las moléculas del alimento se disuelven en la saliva y activan las
células receptoras del gusto que se encuentran en la lengua y otras partes de
la cavidad oral. En la lengua se encuentran pequeñas protuberancias llamadas
papilas gustativas, en los lados de cada papila se hallan incrustados los
botones gustativos que a su vez contienen células receptoras del gusto, estas
tienen microvellosidades y estas microvellosidades tienen receptores
químicos que envían una señal al cerebro
por tres pares de nervios de la cabeza:
el facial, que lleva información de la parte anterior de la lengua y el
paladar; el glosofaríngeo, que lleva la información de la parte lateral y
posterior de la lengua y el nervio vago, que lleva al cerebro la información
gustativa procedente de la laringe, faringe y epiglotis. La información de
estos tres nervios llega al tronco del encéfalo. Luego esa información pasa por
el tálamo y llega a la corteza insular que es también la corteza cerebral primaria del procesamiento del
gusto.
Percepción táctil
Braun
(1988), nos dice que todo comienza en la piel, por debajo de su superficie se
encuentran diferentes tipos de pequeños receptores. Estos son los corpúsculos
de Pacini (consistencia y peso de los objetos y saber si son duros o blandos),
corpúsculos de Meissner (la forma y tamaño de los objetos y discriminar entre
lo suave y lo áspero), corpúsculos de Krause (sensación de frío) y corpúsculos
de Ruffini (cambios de temperatura relacionados con el calor), estos
identifican o sienten diferentes aspectos del tacto. Cada receptor sensorial
tiene un área concreta de la piel donde responde individualmente. Una vez que
se detecta un estímulo, los receptores envían diferentes impulsos a través de
los nervios sensoriales que van a las raíces dorsales de la médula espinal,
luego pasa al tálamo y por último llega al área sensorial primaria dentro de la
corteza cerebral llamada corteza somatosensorial.
Los trastornos de la percepción se clasifican en dos tipos
básicos: distorsiones y errores o engaños perceptivos. (Ver Tabla 1 y 2)
Las distorsiones perceptivas se definen como percepciones,
conocimientos de un objeto real presente en el campo sensorial del sujeto, pero
distorsionadas o deformadas, esto es, modificadas en su intensidad, cualidad,
forma o componente afectivo. Existe en ellas una parte real o verdadera, y otra
irreal o falsa. Todo sujeto distorsiona algo sus percepciones y les pone un
acento subjetivo (Sarráis, 2016).
Los individuos que alteran menos la percepción se denominan
realistas: frecuentemente se adaptan bien al entorno, llegan a sufrir menos
conflictos y tienen mayor bienestar. Las personas que distorsionan más la
percepción se denominan poco realistas, ilusos, idealistas, fantasiosos: suelen
adaptarse mal al entorno, tienen frecuentes conflictos y llegan a sufrir más
que los realistas.
Las distorsiones perceptivas se producen por modificaciones
involuntarias e inconscientes de las propiedades (intensidad, cualidad, forma y
componente afectivo) del objeto real percibido.
Por otro lado, se afirma que las distorsiones perceptivas se
dan cuando un estímulo que existe fuera de un sujeto, y que también accede a
los órganos sensoriales, se percibe de forma distinta al que se espera dadas
las características formales del propio estímulo (Belloch, 2018).
Una distorsión se da cuando existe:
• Una
percepción diferente a la habitual tomando en cuenta las experiencias previas,
las características del contexto, y la forma en que los individuos perciben un
estímulo, como sucede en los tipos de distorsiones de la percepción del tamaño,
la forma, la intensidad, la distancia, etc.
• Puede ser
también una percepción distinta de la que se derivaría en el caso de tener
únicamente en consideración la configuración física o formal del estímulo como
comúnmente sucede en las ilusiones.
Las anomalías no se hayan en los órganos de los sentidos,
sino se dan en la percepción que el sujeto elabora a partir de estímulos
determinados, es decir, se basan en la construcción psicológica que el
individuo realiza acerca de el mismo.
Ambos autores enumeran la misma clasificación de las
distorsiones perceptivas que son: modificaciones de la identidad, cualidad, la
forma, excepto las modificaciones relacionadas con los componentes afectivos
que no define Belloch como una clasificación de la distorsión de la percepción
como tal.
Dentro de los errores perceptivos, están los sujetos que
crean la percepción de modo completo, con escasa o nula participación de los
estímulos captados por los sentidos. Lo hace cuando proyecta una imagen mental
sobre una porción de la realidad, que queda así totalmente modificada y sin
adecuación con el objeto real (ilusiones); o cuando proyecta en el mundo real
una imagen mental carente de objeto real (alucinaciones) (Sarráis, 2016).
Las ilusiones pueden darse en sujetos sanos en situaciones
particulares; pero son más frecuentes en sujetos que padecen alguna enfermedad
mental, en especial en los trastornos de la afectividad y de la personalidad.
Las alucinaciones y las pseudoalucinaciones se dan siempre en individuos que
sufren una grave enfermedad mental.
Por otro lado, los engaños perceptivos se dan gracias a la
experiencia perceptiva nueva que, convive con las percepciones relativamente
normales y no se fundamentan en estímulos realmente existentes fuera del
individuo y persiste o se activa a pesar de que el estímulo que provocó la
percepción inicial ya no se haya físicamente presente (como es el caso de las
imágenes cidéticas, las parásitas o las consecutivas). Por ello, la experiencia
perceptiva que posee el sujeto puede estar fundamentada (como pasa en las
pseudopercepciones) o no (como en las alucinaciones) en estímulos reales y
accesibles a los sentidos, pero en ambos casos la experiencia perceptiva se
mantiene independiente de que se presente el supuesto estímulo que la produjo.
(Belloch, 2018)
Belloch a diferencia de Sarráis, no se refiere a errores
perceptivos, sino a engaños, porque supone que este término encierra más
adecuadamente la experiencia fenomenológica que se produce en estos casos. Este
término supone remitir a un aspecto que difícilmente es aplicable a muchos de
estos trastornos, ya que alude a que la persona podría haber hecho algo para no
equivocarse en su percepción, para no errar. En este sentido, resulta difícil
admitir que la mayor parte de las personas que alucinan puedan hacer algo para
controlar o evitar aquella experiencia. Un ejemplo común sería que una persona
evite una imagen consecutiva después de mirar directo al sol durante unos instantes.
Para Sarráis
(2016) las distorsiones perceptivas son ocasionadas por modificaciones,
deformaciones, involuntarias e inconscientes de las propiedades del objeto real
percibido, estas propiedades del objeto pueden ser entendidas como la
intensidad, cualidad, forma y componente afectivo.
Sarráis (2016)
al igual que Belloch (2008) clasifican estas distorsiones en función de la
modificación de determinada propiedad: ya sea la intensidad, la cualidad, la
forma, proximidad y modificaciones en el componente afectivo.
Modificaciones de la intensidad
La intensidad de
la percepción depende de la intensidad de los estímulos sensoriales que provoca
la realidad percibida, y a su vez, tiene su origen en la propia realidad, esta
depende de la agudeza de los sentidos, de la atención que el sujeto presta a la
estimulación y de la resonancia cerebral a las sensaciones.
Belloch (2018)
plantea una modalidad especial donde constituye la percepción de la intensidad
de los estímulos que causan dolor: en este caso se habla de hiperalgesias
versus hipoalgesias, en donde la ausencia total de percepción de dolor se
denomina analgesia.
Para Sarráis
(2016) hay dos tipos opuestos de modificación de la intensidad: uno por
aumento, a la que se conoce como hiperestesia, y el otro por disminución, a la
que se denomina hipoestesia. Sin embargo, Belloch agrega el término de
anestesia como la ausencia absoluta de percepción de la intensidad estimular.
-La hiperestesia
Esta puede ser
de origen psíquico y orgánico:
La de origen
psíquico se debe al efecto de emociones intensas que aumentan la atención a las
sensaciones y por consiguiente la resonancia cerebral. Se conoce que la
relación entre la hiperestesia y la ansiedad es bidireccional, ya que las
personas ansiosas están psicológicamente tensionadas, Sarráis (2016) hace una
metáfora muy interesante, al mencionar que psicológicamente las personas
ansiosas son como una cuerda de guitarra muy tensada que vibra y suena con gran
intensidad a cualquier contacto por suave que sea.
Por ello, es
también frecuente que las personas con un estado de ansiedad y angustia sufran
hiperestesia perceptiva de tipo psicógeno, crearán un círculo vicioso de
ansiedad- hiperestesia-ansiedad. Otra hiperestesia de origen psicógeno es la
que sufren los pacientes con euforia patológica por un episodio maniaco, en
donde la persona no
sabe explicar por qué está eufórica.
Por otra parte,
la de origen orgánico se debe al efecto de la ingestión de sustancias químicas
exógenas sobre el cerebro, o al de ciertas enfermedades neurológicas que
afectan a los diferentes niveles de vía sensorial como lo son el receptor
periférico, vía de transmisión y área sensorial cerebral. Cuando las causas
orgánicas de hiperestesia persisten largo tiempo, suelen producir una reacción
psicológica de ansiedad y frustración, por la dificultad de soportar la
intensidad de las percepciones desagradables.
Además de que
pueden darse en cuadros tóxicos (LSD), acompañado de síntomas epilépticos,
psicosis funcional, ansiedad generalizada, hipocondría y en histerias de
conversión. (Jarne, 2006)
-La hipoestesia
La hipoestesia
es un estado opuesto a la hiperestesia y consiste en una disminución de la
sensibilidad perceptiva debida a un aumento del umbral sensorial, que puede
tener varias causas:
·
Una
alteración orgánica cerebral que reduce el nivel de conciencia y, por lo tanto,
de la atención perceptiva. Esto suele ocurrir frecuentemente en los cuadros de
delirium, obnubilación, estupor, conmoción, coma.
·
Un
trastorno mental, en el que se produce una disminución de la atención general a
causa de una pérdida del interés por el mundo exterior, como la depresión. Esta
disminución de la atención será proporcional a la gravedad de la depresión, y
puede llegar a la total anulación perceptiva, como ocurre con los casos de
depresión inhibida, en la que se anula hasta la percepción del dolor físico.
·
También
hay hipoestesia en los trastornos mentales que presentan una afectividad
bloqueada o apagada como son los estados de shock emocional, estupor histérico
o catatonia.
·
Una
situación fisiológica normal con disminución de la conciencia, como ocurre en
la somnolencia, sueño, relajación profunda, hipnosis, meditación trascendental,
trance.
·
Una
situación psicológica normal en la que se presta una atención muy concentrada a
estímulos muy excitantes, razón por la cual disminuye la atención a los otros
estímulos.
·
Jarne
(2006) indica también que puede darse en caso de cuadros confusionales, en
sujetos depresivos y hipoalgias.
Modificaciones de la cualidad
Sarráis (2016),
plantea que se tratan de distorsiones perceptivas por una modificación de la
cualidad de las sensaciones. Este tipo modificaciones se da especialmente en
las funciones visuales, especialmente relacionados con el color, es decir, los
objetos cambian de color, o todo el panorama visual se presenta de un
determinado color: amarillo (xantopsia), verde (cloropsia) o rojo (eritropsia).
Se deben excluir de este apartado el daltonismo ya que esta es una
imposibilidad sensorial para ver todos los colores o algunos colores, y los
cambios de coloración de los objetos cuando cambia la luz que incide en ellos.
En este tipo de
distorsión de la cualidad también se han encontrado estas modificaciones en
otros sentidos: ciertas comidas normales que saben raro, o han perdido el sabor
habitual, o no saben a nada; o bebidas que saben distinto, como por ejemplo el
agua, insípida para la mayoría, que sabe a gasolina.
La mayoría de
estas distorsiones se presentan cuando la vía se altera por el efecto de sustancias
químicas, como medicamentos, drogas; o por procesos físicos como traumatismos,
hipertermia, hipertensión intracraneal.
Es raro que se
deba a enfermedades mentales, aunque en las psicosis, en las que se alteran
todas las funciones psíquicas, también pueden darse distorsiones perceptivas
muy extrañas e interpretaciones delirantes de la percepción, y percibirse
colores, olores y sabores extraños o especiales. Con lo que Belloch (2008)
aclara que estas alteraciones de tipo psicógeno pueden aparecer en trastornos
mentales, como las esquizofrenias o las depresiones donde un paciente
esquizofrénico puede quejarse de que todo lo que come está amargo, o de que las
flores huelen a excrementos; y un depresivo puede decir que todo «lo ve» (en el
sentido de que lo experimenta o lo vive) negro, opaco o sin color. Sin embargo,
si le pedimos que enumere los colores de un cuadro, los identificará
correctamente. De nuevo, en este tipo de casos nos hallamos frente a un
correcto funcionamiento de los órganos sensoriales: es la percepción del mundo
la que está alterada en este paciente.
Modificaciones en la forma
Desde el punto
de vista de Belloch (2008) se trata de distorsiones en la percepción visual de
la forma a las que denomina dismorfopsias, Sarráis (2016) complementa que estas
distorsiones son casi exclusivas en el campo visual y pueden ser de dos tipos:
dismegalopsias, estas son determinadas por cambios en la forma normal de los
objetos vistos, y desintegración de la forma que son causadas por alteración de
la capacidad para organizar las percepciones en una totalidad.
-Dismegalopsias
Son distorsiones perceptivas producidas por una
modificación del tamaño de los objetos del campo visual: Se conoce como
micropsia a la disminución de la percepción hacia los objetos reales, por
encogimiento o alejamiento, y al aumento por agrandamiento o proximidad se lo
denomina macropsia o megalopsia. Cuando estas distorsiones se refieren al
propio cuerpo reciben el nombre de autometamorfopsias.
Por otra parte, cuando los objetos se agrandan y
empequeñecen alternativamente se habla de metamorfopsia, que es un fenómeno
típico de algunas crisis epilépticas (Belloch, 2008).
Estas distorsiones tienen una causa orgánica por
deberse a una lesión en algún lugar de la vía perceptiva visual o en las áreas
visuales del cerebro: alteraciones retinianas o de los reflejos de acomodación
y convergencia del ojo, epilepsias, tumores y cicatrices de la zona posterior
del lóbulo temporal.
-Desintegración de la forma
A esta clasificación Belloch (2008) la denomina
anomalía en la integración perceptiva, en donde la persona parece incapaz de
establecer los nexos que habitualmente existen entre dos o más percepciones
procedentes de modalidades sensoriales diferentes.
Sarráis (2016) explica que en la desintegración de
la forma hay un fallo en la organización perceptiva que produce la separación
de los elementos constitutivos de una totalidad percibida o la asociación de
elementos pertenecientes a varias percepciones distintas, a las que Sarráis y Belloch,
denominan escisión y aglutinación, respectivamente.
En las escisiones perceptivas el sujeto no es capaz
de identificar los objetos que percibe porque los ve rotos en varias partes. En
las aglutinaciones perceptivas el sujeto tampoco es capaz de reconocer lo que
ve porque los objetos se mezclan unos con otros.
La desintegración perceptiva se da especialmente en
las psicosis, bien de origen funcional como lo es el caso de la esquizofrenia,
o también de origen orgánico, sobre todo en las producidas por el consumo de
drogas alucinógenas.
Modificaciones del componente afectivo
Esta
clasificación es dada por Sarráis (2016), donde como punto de partida se tiene
que toda percepción produce, en el sujeto que la capta, un afecto, cuya
cualidad depende de la interacción entre las características del objeto y la
manera de ser de la persona. En toda percepción hay dos reacciones afectivas
básicas: la extrañeza y la familiaridad.
En algunas
enfermedades mentales o situaciones psicológicas especiales estos dos afectos
básicos de la percepción se pueden alterar: un objeto familiar puede producir
un afecto de extrañeza a lo que se conoce como extrañabilidad, y uno extraño
producir un afecto de familiaridad a lo que el autor denomina como
entrañabilidad. El primero se da en algunas depresiones graves y en la
esquizofrenia. El segundo es propio de las fases maniacas y puede darse también
por efecto de la psilocibina y de drogas euforizantes o estimulantes.
Las Ilusiones
Esta
clasificación para Sarráis corresponde a un engaño perceptivo, sin embargo,
para Belloch (2008) las ilusiones pueden ser tratadas como una distorsión
perceptiva en la medida en que se defina como una percepción equivocada de un
objeto concreto. Las ilusiones son perceptos que no se corresponden con las
características físicas objetivas de un estímulo concreto.
- Ilusión pareidolia
Se
considera un tipo especial de ilusión en la cual el individuo proporciona una
organización y significado a un estímulo ambiguo, por ejemplo, las caras que
vemos dibujadas en el perfil de una montaña o en las llamas que surgen de una
chimenea.
- La sensación de presencia
Esta
denominación es dada por Reed (1988) para hacer referencia a una especie de
sexto sentido, que conlleva una experiencia sensoperceptiva compleja. En este
caso, la persona tiene la sensación de que no está sola, aunque no haya nadie a
su alrededor, ni sea capaz de identificar claramente algún estímulo que apoye
esa sensación, tal como una voz o cualquier otro signo similar que denote la
presencia como tal.
Este fenómeno es muy frecuente en ciertas
situaciones vitales, tales como el cansancio físico extremo o la soledad
acompañada de disminución drástica de estimulación ambiental. Pero también
puede aparecer asociado a estados de ansiedad y miedo patológicos, a
esquizofrenia, a histeria y a trastornos mentales de origen orgánico. Téngase
en cuenta que los estados emocionales intensos constituyen una causa
fundamental para la aparición de ilusiones.
Los engaños perceptivos son percepciones donde el
sujeto añade una parte importante a lo percibido, por lo que se consideran
irreales. Se puede encontrar tres tipos de engaños perceptivos: las ilusiones, las
alucinaciones y las pseudoalucinaciones. (Sarráis, 2016)
Las ilusiones, como mencionó Belloch, son
una percepción errónea de un objeto real o modificaciones de la realidad que
percibimos, a diferencia de las alucinaciones, que son la percepción de un
objeto sin que este exista y las pseudoalucinaciones, según Uriarte, que suceden
cuando se percibe algo que no es real, pero el sujeto es consciente de aquello.
Por
otra parte, las pseudoalucinaciones, al contrario de las alucinaciones, no
dependen de la voluntad de las personas para ser experimentadas y no se
proyectan al mundo exterior porque ocurren internamente, igualmente con las
ilusiones, que sí se dan externamente, pero los objetos que no se han captado
lo suficiente son completados con imágenes de una realidad recordada. Asimismo,
las ilusiones y las pseudoalucinaciones no necesariamente se dan en pacientes
con algún tipo de trastorno, como es el caso de las alucinaciones. (Sarráis,
2016)
a.Ilusiones
Las ilusiones, menciona Uriarte, son ideas erradas
que se dan por una transformación de las percepciones reales debido a un estado
emocional que altera la autenticidad de lo que percibimos, interpretándolos de
una manera errónea. Por otro lado, Belloch manifiesta que son percepciones
equivocadas de un objeto concreto. Mientras que, según Sarráis, en las ilusiones el sujeto añade imágenes mentales
de realidades anteriores y que las ha guardado en su memoria a la realidad que
captan sus sentidos, dando así, origen, a una falsa percepción.
(Sarráis,
2016) también señala que hay diferentes causas de las ilusiones, pero la más
frecuente se debe a que el sujeto no ha captado sensorialmente una realidad lo
suficiente para darse cuenta de lo percibido y trata de completar la percepción
con imágenes recordadas de una realidad parecida. En ocasiones éste fenómeno es
exagerado y produce las ilusiones. Se distinguen tres tipos de ilusiones según
la causa que la motiva: inatención, paraeidólicas y catatímicas.
La falta de atención reduce la cantidad de
información sensorial que se capta, lo que va a obligar al sujeto a completar
en la percepción con datos de su experiencia. Este proceso se usa también en la
evocación de los recuerdos para rellenar los vacíos de memoria, es decir, para
completar un recuerdo del que no se conservaron algunos detalles porque no se
le prestó la suficiente atención, no se memorizó o se ha olvidado. A su vez, la
falta de atención puede tener dos orígenes: una externo del sujeto, porque los
estímulos son de muy corta duración o de poca intensidad y otro interno al
sujeto, por falta de interés ante los estímulos o por tener la atención
concentrada en ideas o imágenes internas (ensimismamiento).
En este tipo de ilusiones el engaño perceptivo se
produce porque la fantasía del sujeto añade imágenes mentales a la realidad que
está captando por los sentidos. Por esta razón, parece que vemos figuras de
animales en la forma de algunas nubes, caras en las manchas de una pared o
figuras humanas danzando en la llama de un fuego. Algunas personas tienen un
hábito exagerado de fantasear sobre la realidad, que constituye un rasgo de su
personalidad. Otras personas presentan un exceso pasajero de su fantasía debido
a una enfermedad mental o el efecto de sustancias psicoactivas.
Se producen por un estado emocional intenso en el
sujeto que percibe. Éste fenómeno explica que una madre ve más alto a su hijo
que a los niños que realmente lo son más. En la producción de estas ilusiones
el estado emocional del sujeto hace que preste atención a unos estímulos y no a
otros; y que perciba con más intensidad los estímulos en sintonía con el
afecto.
b.Alucinaciones
Las alucinaciones, según Uriarte, son trastornos de
la percepción en donde la experiencia sensorial no tiene estímulo externo, pero
se presentan simultáneamente con las percepciones reales. Mientras que Belloch
cita a (Karl
Jaspers, 1975) quien afirma que las alucinaciones son percepciones corpóreas
engañosas que no han surgido de percepciones reales, sino que son nuevas, y se
presentan a la par con las percepciones reales. Por otro lado, Sarráis toma el
concepto de Esquirol, quien expresa que las alucinaciones son percepciones sin
objeto o sin realidad.
Características de las alucinaciones
Sarráis
cita a (Jaspers, 1975) quien propone las siguientes características de las
alucinaciones:
-
Son materiales, es
decir, se sitúan en el espacio objetivo del mundo real.
-
Están claramente
limitadas, es decir, tienen todos los elementos propios del objeto real.
-
Son constantes e
independientes de la voluntad, es decir, la imagen no varía a voluntad del
sujeto.
-
Sus elementos
sensoriales son complejos y actuales.
Modalidades de alucinación
(Belloch, 2008) propone modalidades de las
alucinaciones, las cuales pueden aparecer en distintos trastornos.
Alucinaciones más frecuentes donde se encuentran
las verbales, lo que quizá es una prueba de la importancia que tiene el habla
para los seres humanos como medio de adaptación al ambiente (Ludwig, 1986).
Pueden ir desde las alucinaciones más elementales como los sonidos de ruidos,
pitidos, cuchicheos, murmullos, campanas, pasos, etc., hasta alucinaciones más
estructuradas y formadas en las que la persona puede escuchar palabras con
significado. El individuo puede asociar estas voces alucinatorias a voces
familiares o desconocidas; pueden hablar en tercera persona o adquirir el
carácter de diálogo o conversación entre dos o más personas; pueden tener corta
o larga duración; y su contenido puede ser amenazador o amigable. Hay veces
donde un paciente que experimenta una alucinación auditiva puede que no logre
manifestar el sexo de la voz o de donde proviene. Pero en otras ocasiones,
sobre todo en la esquizofrenia, el paciente sí lo explica, dicen que son fruto
de la telepatía o rayos cósmicos y otras veces aseguran que provienen del
interior de su cuerpo: de sus piernas, de su estómago, de su pecho. Y,
finalmente, otros pacientes son capaces de describir claramente la procedencia,
el sexo y el idioma de las voces.
Una forma especial de alucinación auditiva es el
eco del pensamiento donde el paciente oye sus propios pensamientos expresados
en voz alta a medida que los piensa. En ciertas ocasiones, en especial cuando
el paciente presenta delirios, las voces pueden dar órdenes y se habla entonces
de alucinaciones imperativas. Estas órdenes tienen una gran fuerza sobre la
persona que las experimenta y suelen aparecer en la depresión mayor, pero la
diferencia es que el paciente esquizofrénico, a diferencia del depresivo, puede
protestar rebelarse contra las voces, especialmente si éstas hacen comentarios
despectivos sobre su persona o sus comportamientos. Pero las alucinaciones
auditivas también pueden aparecer en algunos estados orgánicos agudos como la
alucinosis alcohólica, donde se escuchan sonidos pobremente estructurados o
pueden aparecer fonemas o frases breves.
Tenemos alucinaciones elementales como las
fotopsias, que son destellos, llamas, círculos luminosos, etc. que pueden estar
inmóviles o en continuo movimiento, pueden presentarse también con caracteres
geométricos o ser de tipo caleidoscópico y estar integradas con colores muy
vivos y luminosos, o por el contrario ser incoloras. En otras ocasiones las
alucinaciones visuales son complejas y se ven como figuras humanas, escenas de
animales conocidos o fabulosos, etc., y pueden tener un tamaño natural o
presentar un tamaño reducido o gigantesco.
Las alucinaciones visuales, en general, poseen
cierta perspectiva, lo que lleva a la persona a experimentarlas con un mayor
realismo, aunque pueden aparecer superpuestas a objetos, paredes, muros, etc.
Una variedad de experiencia alucinatoria visual poco usual es el fenómeno de la
autoscopia que consiste en verse a sí mismo como un doble reflejado en un
cristal, a menudo con una consistencia gelatinosa y transparente, con el
conocimiento de que la figura humana que se está viendo es uno mismo, por lo
que a veces se le conoce también con el nombre de «la imagen del espejo
fantasma». En la autoscopia negativa sucede lo contrario: el paciente no se ve
a sí mismo cuando se refleja su imagen en un espejo.
Estas alucinaciones no son muy frecuentes, por lo
que para estar completamente seguros de su presencia será importante observar
al sujeto en el preciso momento en que está experimentando la alucinación,
prestando especial atención tanto a su actitud como a los movimientos que
realiza. Las alucinaciones olfativas pueden darse en la depresión, en la
esquizofrenia, en la epilepsia y en otros estados orgánicos, como las lesiones
en el uncus del lóbulo temporal. Por lo general, los sujetos que la sufren
dicen «oler» algo extraño, casi siempre desagradable, y con interpretación,
como por ejemplo estar siendo envenenados con gas, anestesiados, etc. Por otro
lado, hay sujetos que dicen que son ellos mismos los que producen y emiten los
olores, lamentándose de que se extenderán por toda la casa o incluso por la
ciudad.
Las personas que experimentan este tipo de
alucinaciones perciben gustos desagradables y las pueden atribuir tanto a una
fuente exterior como a su propio cuerpo (por hallarse podrido interiormente).
Aunque son poco frecuentes, pueden darse en diversos trastornos como la
histeria, el alcoholismo crónico, la epilepsia del lóbulo temporal, episodios
maníacos, etc., si bien son más típicas de la esquizofrenia, las depresiones
graves y los estados delirantes crónicos, también pueden sugerir epilepsia del
lóbulo temporal, irritabilidad del bulbo olfatorio e incluso un tumor cerebral.
Puede darse el caso donde el paciente se queje de que lo que come no tiene
gusto a nada o de que sabe desagradable.
Puede manifestarse en cualquier parte del cuerpo.
Los sujetos se sienten tocados, pellizcados, manoseados, etc.; o pueden sentir
calambres por supuestas corrientes eléctricas, o que se les está quemando
alguna parte del cuerpo. Estas alucinaciones se dividen en activas y pasivas.
En las primeras, el sujeto cree, por ejemplo, que ha tocado un objeto
inexistente y en el segundo, el paciente cree que alguien o algo le agarra, le
toca, le quema, le sopla, le pincha, le estrangula, le corta, etc., y tales
sensaciones pueden acompañarse o no de dolor. Una forma específica de
alucinación háptica es lo que se conoce con el nombre de formicación, es decir,
la sensación de que pequeños animales o insectos reptan por debajo o encima de
la piel. Este tipo de alucinación es principalmente característico de estados
orgánicos, como la abstinencia del alcohol o la psicosis cocaínica.
Se incluyen alucinaciones que remiten a sensaciones
que el paciente considera que vienen casi siempre del interior de su propio
cuerpo, o que afectan a sus órganos internos y externos (por ejemplo, los
genitales), o a sus miembros más distales (brazos, manos, cabeza, piernas,
pies). Suelen estar presentes en la esquizofrenia junto con todo tipo de
delirios bizarros. Una variante poco frecuente de alucinación somática visceral
es la que se asocia a los delirios zoopáticos, en los que el paciente está
convencido de que algún animal se arrastra por su cuerpo y, aunque no lo puede
ver, es capaz de describirlo con detalle. También pueden creer que el animal
está dentro de ellos y vaga con libertad por su cuerpo.
Hacen referencia a percepciones de movimiento de
ciertas partes del cuerpo que realmente no se están moviendo. Los sujetos que
experimentan este tipo de alucinación tienen una vivida sensación de que su
cuerpo, o partes de él, se mueven, que sus músculos se contraen, que sus brazos
se levantan, que sus piernas giran o se retuercen, que su cuerpo vibra o
tiembla, etc., sin que el observador pueda constatar que se produce el más
ligero movimiento. Aunque estas alucinaciones se pueden presentar en la
esquizofrenia, se dan con mayor frecuencia en pacientes con trastornos
neurológicos.
Variantes de las experiencias alucinatorias
Asimismo, (Belloch, 2008) propone ciertas
variantes de las experiencias alucinatorias:
•Alucinación funcional
Un estímulo va a desencadenar la alucinación, pero
este estímulo es percibido al mismo tiempo que la alucinación y en la misma
modalidad sensorial. No se trata de una interpretación errónea de un estímulo
externo, como suele ocurrir en algunas ilusiones, ya que dicho estímulo se
percibe correctamente y la aparición de la falsa percepción está en función de
estímulos externos, apareciendo y desapareciendo con ellos. Es frecuente
en la esquizofrenia, sobre todo en pacientes crónicos.
Es cuando un estímulo perteneciente a un campo
sensorial determinado produce una alucinación en otra modalidad sensorial
diferente, esto se debe a que las
vías sensoriales se cruzan. Las padecen personas con otras funciones mentales
normales, en casos de esquizofrenia y con mayor frecuencia bajo la intoxicación
por LSD y otras drogas alucinógenas.
El sujeto no percibe algo que existe, pero tampoco
se comporta como si su ausencia fuera real. Se presentan bajo hipnosis, estados
místicos, estrés postraumático y trastornos disociativos. También pueden
bloquear el dolor.
En esta experiencia el paciente se ve a sí mismo y
sabe que es él, por lo que se denomina también la «imagen fantasma en el
espejo». No se trata sólo de una alucinación visual, sino que suele estar
acompañada de sensaciones cinestésicas y somáticas, las cuales confirman al
sujeto que la persona que está viendo es él mismo. Este fenómeno se puede
encontrar en pacientes con estados delirantes, en algunos esquizofrénicos, en
estados histéricos, en enfermos con lesiones cerebrales, en estados tóxicos,
etc. Pero también se puede dar en sujetos normales cuando se encuentran muy alterados
emocionalmente, exhaustos o muy deprimidos. También puede darse el fenómeno
contrario, es decir, la autoscopia negativa (no ver la propia imagen cuando se
refleja en un espejo) o de otra forma, la autoscopia interna, que es cuando el
sujeto ve sus propias viseras o su esqueleto.
• Alucinación extracampina
Son alucinaciones que se experimentan fuera del
campo visual. Por ejemplo, el paciente puede ver a alguien sentado detrás de él
cuando está mirando de frente. Este tipo de alucinación hay que distinguirla de
la experiencia del «sentido de presencia», ya que en esta última el sujeto
tiene la sensación de que hay alguien presente, aunque no lo pueda oír ni ver.
c. Pseudoalucinaciones
Las pseudoalucinaciones, según Uriarte, se
perciben como irreales para el sujeto y este está consciente de que no se
refieren a él. Por otro lado, Belloch menciona que tienen un reconocimiento de
subjetividad por parte del que las experimenta, mientras que para Sarráis son
alucinaciones que el sujeto percibe en el interior de su cabeza.
De diferente manera, para Jaspers las
pseudoalucinaciones debían ser consideradas como un tipo especial de imagen
mental, más que como una verdadera alucinación. Esta definición ha hecho que
algunos autores utilicen el término «pseudoalucinación» cuando un paciente
sufre de alucinaciones, pero no las considera reales.
Por otra parte, como señala Reed (1988), las personas que experimentan
pseudoalucinaciones no describen sus perceptos como escenas reales, sino que se
refieren a ellas como visiones.
Las pseudoalucinaciones se producen normalmente en las modalidades
auditiva y visual, y se suelen asociar a estados hipnagógicos e hipnopómpicos
(ambos relacionados con el dormir), trance, fatiga, privación sensorial y al
uso de drogas (fundamentalmente alucinógenos): es decir, suelen aparecer en
circunstancias donde se produce una disminución de la claridad de la
consciencia o una disminución del estado normal de alerta.
En el apartado anterior acerca de la clasificación de trastornos
perceptivos solo se mencionaron las teorías de Belloch y Sarráis, ya que
únicamente estos dos autores clasifican estos trastornos en dos grupos; a
diferencia de Uriarte el cual solo realiza la diferenciación de los diferentes
trastornos que encierran las ilusiones, alucinaciones y pseudoalucinaciones.
Caso película: El club de la pelea
Un joven sin ilusiones lucha contra su insomnio, consecuencia quizás de su
hastío por su gris y rutinaria vida. En un viaje en avión conoce a Tyler
Durden, un carismático vendedor de jabón que sostiene una filosofía muy
particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; en cambio, la
autodestrucción es lo único que hace que realmente la vida merezca la pena.
Ambos deciden entonces formar un club secreto de lucha donde descargar sus
frustaciones y su ira que tendrá un éxito arrollador.
Link de la película:https://www.pelisplanet.com/ver-club-la-pelea-online/
CONCLUSIONES
La percepción es importante en el desenvolvimiento diario del
individuo debido a que este proceso mental va a permitirle conocer, interpretar
y adaptarse al entorno que lo rodea.
Las personas fantasiosas o imaginativas tienden a distorsionar la
realidad debido a que la imaginación es un proceso que permite al individuo
representar imágenes reales o irreales.
Cada uno de los enfoques, que tratan la percepción, dan una
perspectiva diferente, pero coinciden en algunos puntos unos de otros. El
proceso de la percepción se encuentra en la sensación, es por medio de los
sentidos (tacto, gusto, olfato, vista, oído) que se llega a ésta y se puede
realizar el proceso de cognición, el cual, permite al individuo interpretar las
señales que recibe del ambiente, dándoles un significado y organización.
Los trastornos perceptivos clasificados como: distorsión,
referente a la construcción distorsionada de la realidad que se da después de
adquirir información a través de los sentidos y el engaño, definido como la
alteración completa de la realidad en donde los sentidos tienen escasa o nula
participación.
Las distorsiones
perceptivas son ocasionadas por modificaciones, deformaciones, involuntarias e
inconscientes de las propiedades del objeto real percibido, mientras que los engaños perceptivos
son variaciones de la percepción las cuales se dan tanto por condiciones
estimulares especiales, ciertos trastornos o enfermedades orgánicas.
RECOMENDACIONES
La percepción y la imaginación, hacen posible que nos
desenvolvamos en nuestro entorno e interactuemos con él, por eso es importante
detectar a tiempo cualquier problema que pueda tener el sujeto, de esa forma
podemos saber si un alumno va a necesitar ayuda adicional para captar la
información de la clase en el ámbito académico, saber si un individuo va a
presentar dificultades para interactuar con el medio de la manera habitual en
el ámbito clínico o saber si algún trabajador requiere de apoyo sustitutivo
debido a algún problema perceptivo en el ámbito profesional.
También se debe tener en cuenta que, aunque no esté presente algún
problema, la percepción puede entrenarse para mejorar su rendimiento al igual
que todas las habilidades cognitivas.
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